Pasos Perdidos

Una vez, el ministro de Defensa, Pedro Cateriano, apeló a “razones de seguridad nacional” para impedir que la prensa y, a través de ella, la población, escuche sus contradictorias justificaciones sobre los yerros del actual gobierno en materia de lucha antisubversiva. Así como antes pidió sesión reservada del Pleno del Congreso para sustentar el pedido del Ejecutivo de delegación de facultades o explicar la “impecable” operación Libertad, el jueves Cateriano recurrió a la misma figura para, durante cuatro horas y media, deslindar responsabilidad de la muerte de la pequeña Soraida Caso (9) y dar a los legisladores confusas explicaciones sobre el citado episodio.

El titular de Defensa llegó a decir, sin falsa modestia, según fuentes de Pasos Perdidos, que la estrategia del operativo militar en Ranrapata estuvo muy bien planificado. Sí, cómo no. Tan planificado que, como él mismo admitió ante los parlamentarios después, el hallazgo de niños en el lugar los cogió por sorpresa. Además, sostuvo que el ‘Camarada Óscar’ no fue detenido porque huyó alertado por los ladridos de un perro. En buen cristiano, la culpa la tuvo el inoportuno can. Esta información, dicen las fuentes, arrancó risas de los presentes. Fue entonces que, audazmente, desde la bancada de Perú Posible se escuchó un grito: “Perro terruco”. Todos rieron, todos menos el ministro que, nadie sabe si por solidaridad con el animalito, puso cara de pocos amigos.

Como para ya no hacer más papelones, Cateriano, nos cuentan, delegó en el presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas la explicación del operativo. La claridad de la exposición fue, afirman, el salvavidas del ministro. ¿Y el titular del Interior? Ah, sí, también fue, pero manifiestan que casi nadie lo notó.