Fernando Cillóniz,Al.Mercado
fcilloniz@peru21.com
Todo se echó a perder cuando se dispuso el traslado gradual de comerciantes a Santa Anita, y –por ende– el “desalojo” también gradual de La Parada. En buena cuenta, La Parada nunca dejó de funcionar como mercado, pues los puestos que iban dejando los comerciantes que se trasladaron a Santa Anita fueron ocupados por otros comerciantes. Ahora la cosa se ha complicado con la insólita resolución del juez Urbina, pero sacar a los comerciantes actuales igual hubiera sido una tranca. El plan era totalmente diferente: A partir de un día y hora determinados, todos los camiones que solían ir a La Parada irían a Santa Anita. Y ese mismo día se iniciaba la construcción del parque. ¿Qué va a pasar ahora con La Parada? Nada. Seguirá como siempre y para siempre. ¡Un desastre!
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