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Opinión

Atreverse a emitir opinión sobre un tema tan serio sólo leyendo titulares de periódicos es superficial y poco serio.

Mauricio Mulder,Pido la palabra
Congresista

Idiota es el término con el que Alvarito Vargas insultó a medio América Latina, por el solo hecho de no ser derechistas como él, pretendiendo elevarlo a la categoría de concepto político con el que se ventilen discrepancias.

Quién iría a decir que, con los años, el concepto idiota sea el que mejor defina hoy lo que es el referido ciudadano miamense.

Hoy pretende paliar las críticas en su contra atacando a “los políticos”, acusándolos de hipócritas y sinuosos, y buscando con ello la empatía de la prensa peruana que, en consecuencia, ha sido sorprendentemente permisiva y condescendiente con él. Se ha paseado por redacciones y estudios de TV encontrando que muchos periodistas peruanos no dominaban los más elementales detalles de la ponencia peruana para refutar y desenmascarar al susodicho.

Pero eso no quita el hecho de que se haya exhibido como un auténtico idiota, por añadidura felón, al utilizar para sus fines marketeros nada menos que todos y cada uno de los argumentos chilenos después de haberlos conversado, como él mismo ha dicho, con el propio presidente chileno Sebastián Piñera. (Canal N).

Su felonía estriba, primero, en su ligereza. Estando muchos años ausente del Perú, toma nota de lo que aquí ocurre leyendo los periódicos por Internet y se forma, por tanto, la idea que estos transmiten, pero que, como nos consta a los que vivimos aquí, tienen cada vez menos determinación en el supuesto proceso de uniformización de la opinión pública nacional. Atreverse a emitir opinión sobre un tema tan serio sólo leyendo titulares de periódicos es superficial y poco serio, y sólo puede ser explicado en su caso por los antecedentes de plagio de los que fuera alguna vez acusado.

Es increíble que AVLL haya dicho que lo que le motivó a escribir su carta de respaldo a Chile hayan sido los titulares en los que se levantaba el hecho de que ese país presentara un mapa de colegio para sustentar su ponencia. Un simple titular de impacto es convertido por Alvarito en una especie de clamor por el cual las masas peruanas habrían caído en un supuesto triunfalismo que él pretende desarmar.

Nunca vi triunfalismo en ningún líder de opinión peruano; sólo la profundización comentada de argumentos sólidos, presentados por diversos especialistas, muchos de ellos jóvenes profesionales de primer nivel que no eran todavía conocidos del gran público.

Nadie ha dicho que ya ganamos o que Chile no tiene nada. Está claro que es un caso difícil y que, como toda discusión jurídica, hay cruce de argumentos firmes de un lado o de otro. Pero resulta que, para AVLL, todos los argumentos están sólo del lado chileno. Todos. Los repite uno a uno sin aplicar sobre ellos la seudotesis jurídica de que el Perú retuerce el derecho porque lo interpreta. ¿No es una interpretación decir que un tratado que habla de la riqueza pesquera es un tratado de límites?

Reitero que lo grave de esta idiotez es que, al parecer, Alvarito ha actuado por encargo. No sólo por haber ido a Chile a reunirse con toda la clase política, “incluido el presidente Piñera”, sino por esa especie de propuesta disfrazada por la cual ha planteado que, si el Perú gana, deje faenar a la flota pesquera chilena en aguas peruanas recuperadas. ¿Qué interés hay detrás de dicho planteamiento? ¿Están los Angelini, los Errázuriz, los Stengel y otros detrás de todo esto?


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