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"Nuestro amor nació fácil, muy rápido hicimos ‘click’”

Ella es bella, inteligente y talentosa; él inteligente y con buen humor, y juntos apoyan la campaña ‘Cuida de mí’, de Aldeas Infantiles SOS. En esta charla nos hablan de sus varios años de vida en común.

Katia Condos y Federico Salazar,Figuras TV
GONZALO PAJARES
gpajares@peru21.com

Katia Condos y Federico Salazar conforman una de las parejas más sólidas de nuestro mundo televisivo. Juntos hace 16 años, hoy apoyan la campaña Cuida de mí, de Aldeas Infantiles SOS, campaña “que pretende sensibilizar a la sociedad peruana frente a las violaciones de los diversos derechos de los niños, niñas y adolescentes del país”. Si desea colaborar visite: www.cuidademi.pe

¿Quién manda en esta casa?
Federico (F): Katia, obvio. No solo se ha ganado el derecho de mandar, ella es la mujer, pues (risas).
K: Ay, no te digo, este es digno hijo de su padre (risas). Puede decirte cualquier cosa, pero lo ha hecho por absoluta conveniencia.
F: He delegado por ignorancia y por comodidad (ríe), pero no creas que es tan fácil. Yo, más que delegar, me entrego (risas).
K: A veces necesito una voz firme pero, si me das a elegir, que las cosas sigan como hasta hoy (ríe).

Dime, Katia, ¿tienes cuatro hijos o tres?
K: ¿Estás contando a Federico? Cuatro, totalmente (risas). Soy una mamá gallina, sobreprotectora.

Basadre fue tu maestro, ¿no?
F: Lo visitaba los sábados, más o menos durante dos años. Era extraordinario, de una gran nobleza y humanidad. Era nuestro máximo historiador y, sin embargo, me daba parte de su tiempo. Una vez yo estaba leyendo a Barthes, le expliqué algo del tema y le presté mi libro. La siguiente semana –y en una época donde no había Internet– me lo devolvió diciéndome: “Tu edición es pirata, se hizo en Venezuela. La verdadera edición está publicada por…” (risas), y, además, había leído otras cosas de Barthes.

Federico, eres liberal. ¿Alguna vez saliste con una comunista?
F: Una vez, sí; dos, no (risas). La ideología no tiene nada que ver con la piel, al contrario, tiene su ajicito (risas). Yo separo la vida personal y familiar de la ideología. Para gobernar un país puedo proponer determinadas ideas, pero el manejo de la familia es inmediato, natural y práctico, no teórico.

¿Cómo tu padre te opones al control de la natalidad?
F: Por un asunto meramente económico. Los liberales siempre relacionaron el crecimiento económico con el crecimiento de la población. Y yo he contribuido bastante: tengo seis hijos (risas).
K: Después de la vasectomía espero que deje de contribuir (risas).

¿Es verdad que quieren hacer un programa de adultos?
F: Sí, porque en Pequeños gigantes, el programa de niños que hicimos me tenía que morder la lengua (ríe).
K: Nuestro registro de humor más que rojillo es rojo encendido (risas).
F: Nosotros nos divertimos con el doble sentido, con el tercero y, sobre todo, con el cuarto (risas).

¿Te fue difícil conquistarla?
K: Nada más fácil (risas). Con todo respeto para mí misma, pero fui bien fácil.
F: Nuestro amor nació fácil, muy rápido hicimos ‘click’ (risas).
K: Fue inevitable: nos vimos, conversamos, intercambiamos teléfonos, a la semana salimos y después dijimos “mejor no”.
F: Yo no, tú. Me choteaste varias veces. Yo ya estaba anotado (risas).

¿Qué encontraste en él?
K: Antes que nada, humor, que es la esencia de la vida. Si me preguntas con qué me quedo de una persona, elijo el humor, y el humor implica inteligencia. Además, Federico es muy buena persona, la más buena que he conocido en mi vida.
F: A mí me gusta la miopía de Katia para juzgar a las personas (risas).

Corres autos, ¿qué le encuentras a la velocidad?
F: Más que la velocidad, me gustan las curvas (risas).
K: Ah, como en todo (risas).
F: Me relaja un montón, pues hay que estar muy concentrado y no pensar en nada más pues, si te distraes, fuiste.

¿Quieres vivir a mil?
F: He vivido a mil (risas). Hoy ya no podría. Los años pesan. Correr autos es una manera de recordar esa etapa sin tener que repetirla (ríe).

¿Se encontraron en un momento de calma o seguían a mil?
F: Juntos hemos vivido a 500 por hora (risas).
K: Al inicio salíamos un montón, pero coincidimos en que ya estábamos listos para dejar de vivir a mil, ya éramos grandes y teníamos ganas de otra cosa, por ejemplo, de hacer una familia.

¿Su amor será para siempre?
K: Ojalá, nunca se puede afirmar algo así. Esperamos que sí.
F: Nos casamos ayer, en Las Vegas (risas). No, yo en Las Vegas no me caso, me pierdo (risas).

¿Federico es más divertido en Los últimos días de La Prensa o en la vida real?
K: En el libro está exagerada tu imagen, ¿no Fede?
F: Me hubiera encantado que lo que allí se cuenta fuera verdad. ¡Jaime Bayly me presenta como bien dotado y manejando un Maserati! Yo tenía un carro que se caía a pedazos. Igual, es un buen libro, pero las cosas por contar sobre ese diario son más, ojalá alguien se atreva; pero de los libros de Jaime me gustó más, por lo revelador que fue, No se lo digas a nadie.

AUTOFICHA

- Federico Salazar: No me muevo mucho en círculos intelectuales, son interesantes, pero en términos sociales es más divertido juntarse con los Mar de Copas (risas).

- Federico: Los liberales siempre relacionaron el crecimiento económico con el crecimiento de la población. Y yo he contribuido bastante (risas).

- Katia: No me gusta que Federico corra autos. Lo acompañé una vez, me divertí, pero es muy peligroso. Le he dicho “tienes tres hijos; esto no lo cubre el seguro” (risas).


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