Toda pareja tiene conflictos. Desde las pugnas por decidir a quién le toca sacar la basura hasta discusiones mayores. Una de estas, precisamente, aparece a la hora de querer formar una familia. “Hay parejas que tienen buen tiempo juntos pero, por alguna razón, uno de ellos no desea tener hijos, mientras que la otra persona sí”, afirma la psicoterapeuta Ximena Castro de Quantrill.
La especialista considera que se deben examinar las posibles razones de este desencuentro. Por ejemplo, muchos no desean tener hijos porque siendo niños no tuvieron una infancia estable, ya sea por problemas económicos, maltrato, divorcio de los padres, en fin. Es por ello que no quieren fallar como sus padres. Otro motivo común es el rechazo a perder los planes personales: tener un mejor puesto de trabajo, estudiar una maestría, ya no poder salir de viaje como antes. “No sé si llamarlo egoísmo, pero sí hay mucho de individualismo y narcisismo”, precisa Castro.
También puede ocurrir lo siguiente: uno se puede sentir “hijo” del ser amado. “Hay personas que saben que ya no tendrán la misma atención de su pareja. Un hijo rompería esa relación”, sostiene Castro de Quantrill. Lo cierto es que hay muchos otros motivos, unos más complejos que otros. Sin embargo, si la pareja realmente desea tener hijos, el conflicto debe resolverse. La asesoría profesional es necesaria en muchos casos.
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