02.MAY Jueves, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
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Opinión

Luis Castañeda Pardo dijo que se inmoló por Lima. No es así. El “dios padre” lo obligó a auto-sacrificarse, como signo de obediencia.

Carmen González,Opina.21
c.gonzalez@infonegocios.net.pe

¿Será el último precio por su libertad, frente a un padre que como el dios romano Saturno se comía a los hijos, temeroso de que le quitaran el poder? Este Saturno criollo lo obligó a sacrificarse para tomar otra vez la alcaldía. Se burló de él con los amigos. Dijo que ya era hora que deje de lactar. Padre dominante, cruel y envidioso. Dominante porque necesita esconder una debilidad sentida al haber sido el noveno hijo. ¿Envidioso inconsciente por la juventud del hijo y por la madre cálida que tiene? Cruel por no haber convertido sus carencias afectivas en fuerza de vida. Castañeda Pardo es un joven inteligente y con el auténtico carisma que da la mirada de una madre que sabe amar. Felizmente ha mostrado, aunque levemente, una rebeldía cuando desobedeciendo la consigna, votó por el NO. Esto es buen augurio. Basta de obediencias que esconden temor y que contienen odio. Hay que rebelarse contra el padre como parte del proceso de desarrollo. No tener temor a sentir odio por los padres porque junto al amor son la dupla presente en los vínculos afectivos. Más bien, identificar los odios para no actuarlos.


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