Carmen González,Opina.21
c.gonzalez@infonegocio.net.pe
Cipriani, en vez de mostrar indignación –que sí luce con homosexuales y políticos que no son de su simpatía– y pedir perdón a la víctima y a su familia, dijo: “No hagamos leña del árbol caído. No exageremos cuando queremos maltratar. No me parece de buen gusto que un obispo retirado (Mons. Bambarén) haya hecho una denuncia un poco exagerada o dura… Todos tienen derecho a defenderse”. Su actitud es cruel, Sr. Cipriani. Nunca una denuncia es exagerada cuando un adulto abusa de un menor, y menos si es un cura que dice ser “representante de Dios en la tierra”. No se trata del buen o mal gusto de Mons. Bambarén: es agresión horrenda de su subalterno contra una criatura. Ya hay muchos casos en su Iglesia. Espanta su indolencia ante esta atrocidad y que aluda al derecho de defensa del violador sin decir nada del niño. A Miranda y a todos los curas, incluido Cipriani, les pagamos sueldo de nuestro presupuesto por Concordato del siglo pasado. No es justo que el Vaticano millonario propague su fe con dinero de un país pobre. Cambió el marco histórico del Concordato. Urge un movimiento nacional que lo deje sin efecto.
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