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"Estoy juntando mi platita para no vivir de la fama"

Figura de Combate (ATV), Mario Hart vive sus mejores días: es Campeón Nacional de Circuito y ha inaugurado su escuela de manejo. Y, en el amor, mal no le va.

Foto: Rodrigo Málaga.
Foto: Rodrigo Málaga.

Mario Hart,Piloto de autos
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Mario Hart quiere darle un giro a su vida, desea que no solo lo veamos como una figura de la TV, sino como un piloto ganador y un empresario exitoso. Y parece que lo está logrando: acaba de ser campeón nacional de Circuito y, apoyado por Volkswagen, ha abierto la Escuela de Manejo Mario Hart. Aquí nos da más detalles.

¿Te gusta la fama?
(Piensa). Sí y no. Me gustan las muestras de cariño de la gente en la calle, que me digan “Mario, chévere”. ¿Qué no me gusta? El acoso de la prensa, el tener que cuidarme en todo momento, el que hoy se vea mal algo que ayer era normal. He tenido que acostumbrarme a dejar de ser un chico común y mortal, y sé que, como figura pública, debo tener un comportamiento ejemplar.

Pero te has ganado a pulso esta exposición pública. Sales en Magaly TV, estás en Combate…
Nadie me obligó a estar donde estoy, pero, en el caso de Magaly, todo fue para promover mi carrera como piloto. Yo sabía que estar metido en un reality –ojo, 100% automovilístico, porque fue durante las Seis Horas Peruanas– me iba a ayudar muchísimo. Y así ha sido pues, desde entonces, la gente empezó a conocerme más como piloto.

Ya no eras el ‘novio de’…
Exactamente. Luego vinieron El gran show y Combate que, al inicio, fueron una plataforma para hacerme más conocido como piloto: anunciaba mis carreras, mis resultados y, así, reforzaba mi carrera. Es verdad que Combate me alejó de mi carrera. Pocos saben que soy ingeniero industrial y que he trabajado en empresas importantes como Southern Perú, Ransa. Y, aunque me costó tomar la decisión, decidí entrar a Combate para aprovechar esto comercialmente.

¿Ganas en Combate más de lo que te pagaban en la Southern?
Sí, pero son momentos. Yo no me preparé ni estudié nada para estar en la televisión, sé que esto es pasajero y debo aprovechar el momento. Juntaré mi platita para no vivir de la fama, sacarle provecho y poner un negocio.

A mucha gente le puede costar tomarte en serio como piloto, como ingeniero…
Eso es un fetiche. Que esté en Combate no me disminuye como piloto o profesional. No he descuidado la parte deportiva porque sabía que muchos dirían que era un figuretti, que solo sabía estar en la televisión y hacer tonterías. Sin embargo, acabo de ser campeón nacional de Circuito.

Y tienes muchos auspiciadores.
(Ríe). Hubo un momento en que mi presencia mediática chocó con los intereses de las empresas auspiciadoras. Me decían: “Ok, eres conocido, pero te hemos visto metido en escándalos, en ampays. Por eso, como marca no nos interesa vincularnos contigo”. Esto lo viví a inicios de año. Entonces me planteé un cambio de imagen: pasar de ‘Mario Hart, figuretti, farandulero’ a ‘Mario Hart, piloto profesional, responsable, serio, empresario, emprendedor’. Y lo logré. Como piloto, este ha sido mi mejor año; como empresario, hoy les toco las puertas a las mismas empresas que a inicios de año me dijeron que “no”, y su respuesta es: “Te felicitamos, queremos sumarnos a tus proyectos”.

¿Te gusta Combate?
Claro, de lo contrario no estaría allí. No hay que olvidar que es un programa juvenil, donde todos mostramos nuestra personalidad: me gusta divertirme, hacer bromas, que la gente se ría conmigo. En el programa nadie me ha obligado a nada, todo lo he hecho porque lo he querido. No es verdad que nuestras relaciones sean ficticias, para el show: te lo juro por Diosito que nunca me han dicho “Mario, necesitamos que hoy le des un beso a Alejandra Baigorria para tener más rating o para que la prensa hable de nosotros”.

¿Sigues con Alejandra?
Estamos muy cerca de retomar nuestra relación. Yo he estado a mil con el tema de las carreras, de mi empresa. Pero, ahora que los dos estamos más tranquilos, quizás podamos volver. Ella es una empresaria exitosa, además de ser una mujer bella, simpática.

Hablemos de tu nuevo emprendimiento: acabas de abrir una escuela de manejo…
Necesitamos mejorar nuestro tránsito, pero esto no queda allí: el Perú necesita transformar su conciencia vial y mejores conductores. Y yo creo que podemos hacer mejores ciudadanos partiendo del reordenamiento del tráfico. En mi escuela no solo enseñamos a manejar, sino damos clases de civismo vial. Nuestra idea es concientizar a los nuevos conductores y decirles que se puede manejar con respeto, que se deben respetar las leyes y, así, no solo evitaremos accidentes y muertes, sino mejoraremos nuestra calidad de vida.

¿Te gusta manejar en Lima?
No. Si pudiera, andaría con chofer (ríe). Por eso he fundado mi escuela de manejo, para que manejar en el Perú sea un placer.

Cuando te despiertas, ¿piensas en tu auto o en Alejandra?
En Dios (risas). En mi auto y en lo que tengo que hacer en el día.

AUTOFICHA

- Nunca me he chocado, quizás estacionando he tenido un choquecito leve, pero nada más. No me gusta manejar en Lima, es terrible; si pudiera andaría con chofer.

- En mi escuela de manejo he invertido, junto con mis socios, 250 mil dólares. Vamos a crear, de forma directa e indirecta, 100 empleos.

- Quiero competir fuera, en competencias de turismo. Soy consciente de que para la Fórmula 1 estoy un poco grande, pero sé que en otras categorías sí soy competitivo.


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