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Opinión

El caso Lópezgate cobró una nueva víctima y el oficialismo sigue negando la gravedad del mismo.

Juan José Garrido,La opinión del director
El caso Lópezgate cobró una nueva víctima y el oficialismo sigue negando la gravedad del mismo. Es como si pudieran desaparecer las fotos de un álbum, los rastros de la goma aún resguardando la existencia, y los dueños sigan sosteniendo que el pasado no tiene evidencia. Dos reflexiones al respecto.

La primera es sobre las maneras y formas con las que se conduce, actualmente, el gobierno. Algo ocurrió en el caso Lópezgate que ha hecho, por causas que ya conoceremos, más fuerte al gobierno. Frente a lo que a todas luces fueron actos impropios, el gobierno se ha dado el lujo de rehacer las estructuras de poder a gusto y medida. De la ansiedad han pasado al control.

Lo cual nos lleva a la segunda reflexión: estos cambios no aparentan ser un ajuste de agenda, sino –por el contrario– la aceleración de una establecida. Del pánico pasaron a la acción. ¿Bajo qué estrategia y dentro de cuál escenario? ¿Bajo qué asesor y bajo cuáles consejos? ¿Junto a cuáles operadores? ¿Soportados en cuáles instituciones?

Nada de lo ocurrido ex-post puede ser articulado en tan poco tiempo sin una organización sólida detrás, capaz de articular ideas y poner las mismas a funcionar, sin logística, recursos y operadores. Las pruebas de ello son evidentes. Hoy el gobierno está más sólido, y más confiado porque sus principales pilares recaen –ahora sí– en manos amigas.

Si algo hemos aprendido es que debemos tener cuidado cuando demasiado poder se concentra en pocas manos. También debemos tener cuidado cuando la oposición es débil, y las empresas y personas (los estamentos privados) se encuentran desamparadas frente al poder de turno. Aprendimos también, felizmente, que sólo una prensa libre puede mantenerse vigilante y alertar si el caso es necesario.

Las elecciones regionales brindarán una cancha para que los operadores y asesores pongan a prueba sus mecanismos y alianzas. El 2014 será un año de mucha turbulencia en el cual la oposición deberá pensar en el plazo regional y nacional. ¿Estarán preparados?


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