05.MAY Domingo, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
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Opinión

El triunfo de Barack Obama en Estados Unidos alivia a quienes temíamos nuevos disparates en la conducta de la superpotencia adolescente.

Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com

Felizmente los disparates seguirán siendo los mismos y, aunque no haya en ellos absolutamente nada que nos beneficie, al menos conocemos las reglas del juego y sabemos a qué atenernos. Estados Unidos seguirá apostando por una política donde predominan las orientaciones del Pentágono, que hace guerras donde puede y trata de desestabilizar donde no puede llevarlas a cabo. En nuestra área es partidario de los llamados “golpes de Estado blandos”, que consisten en un proceso lento pero insistente de descalificación de los gobiernos que no le son adictos. A esta tarea se suele unir, jubilosa, la prensa local de los países concernidos. Los verdaderos ‘demócratas’ reunidos en la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) apuestan a apuntalar en todo el continente –por medio de una cadena de diarios que le son adictos– este tipo de posturas y son ellos quienes separan, sin demasiado pudor y sin demasiadas explicaciones fundadas en la realidad, quiénes son buenos y quiénes no los son. Es decir, quiénes apoyan los intereses de Washington y quiénes se permiten pensar por cuenta propia. Por otro lado, está Unasur como voluntad integradora de esta parte del continente que responde –en mi opinión– a intereses que no solo incluyen la noción de desarrollo, sino que incorporan a ella la integración de los pueblos a dicho desarrollo. Lo que se da en llamar inclusión social, que tan de moda anduvo por Perú durante las últimas elecciones, y que hoy, me temo, comienza a aparecer relativamente relegada.


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