Una cosa es ser de centro, otra estar al medio

Carlos Basombrío,Opina.21
cbasombrio@peru21.com

Lima y las clases medias que lo “adoptaron” cuando giró 180° lo han vuelto a abandonar; pero los sectores más pobres y la sierra sur, bastión inicial de su popularidad, mantienen, si es que no incrementan, su descontento.

Ello coincide con una difícil hazaña. Está peleado, a la vez, con las derechas y las izquierdas. La semana pasada la izquierda se manifestó contra Humala con un “paro nacional”, eufemismo para describir marchas (algunas muy nutridas) y bloqueos de carreteras. En esos mismos días el fujimorismo y el Apra lo maleteaban, al punto que Alan García lo llamó Cantinflas.

Y eso no es ser de centro, lo que usualmente permite amplia aceptación y, según se busque, atraer a unos o a otros. Es estar al medio, lejos de todos. Para la izquierda Humala es un traidor de las ideas con las que llegaron al poder. Pero la derecha no lo acoge como uno de los suyos y lo mira con desconfianza. De ahí lo absurdo de sus esporádicas menciones a “la gran trasformación”. Los unos se indignan por la burla, en los otros resurge la desconfianza.

Humala, en los últimos meses, se ha dedicado con ahínco a recuperar la confianza empresarial. Su discurso en PERUMIN y verlo cerrando la jornada en Wall Street los ha tranquilizado, pero no entusiasmado. Le critican la distancia entre lo que dice y lo que puede; el que no sepa hacer nada significativo para que la inversión se destrabe.

¿A dónde va Humala? ¿A la izquierda? ¿A la derecha? Creo que el riesgo más importante es que luego de sumas y restas, no vaya a ninguna parte; que administre las coyunturas hasta entregar el gobierno el 2016. O sea, un desperdicio en un país que necesita reformas importantes. Si nos guiamos por las encuestas, parece que la gente se da cuenta.