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Opinión

Carmen González,Opina.21
c.gonzalez@infonegocio.net.pe

La entidad estatal Concytec prohibió que se pongan imágenes religiosas en sus oficinas. El cardenal Cipriani, indignado, dijo que se pretendía vulnerar el derecho de los trabajadores a expresar su fe, animándolos a no permitirlo.

Cada uno puede expresar su fe o ateísmo libremente, pero no en cualquier parte ni menos en espacio ajeno. El propietario tiene derecho a fijar los elementos a poner en sus ambientes. Concytec no prohibió que se tenga una estampita en la mesa. Lo que hacen los burócratas es invadir prepotentemente los espacios con urnas o imágenes de divinidades. ¿Por qué en los bancos, por ejemplo, no instalan estas imágenes? ¿Es autocensura porque saben que los espacios no son para ello? Imagínense que cada empleado quiera expresar su fe de esta forma.

Lo manifiesto es que, en su deseo de estar con sus imágenes, confunden el espacio propio con el ajeno. Lo inconsciente: quizá su necesidad de limpiar culpas, de aparecer como ‘buenitos’, el miedo al castigo divino o hacer proselitismo.

Cipriani dice que defiende el derecho de sus adeptos, pero consciente e inconscientemente lo hace porque las imágenes son elementos de proselitismo y promoción de su religión. El Estado peruano es laico y sus espacios también deben serlo.


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