Consejos para no perder el control

Dejar las responsabilidades académicas para última hora tiene varias desventajas. Una de ellas es la presión emocional. Hacer una tarea, cuando uno está estresado y angustiado, hace daño: no se rinde de manera óptima e incluso hay el riesgo de no terminar.

Es por ello que establecer un plan de estudios resulta clave. Es decir, definir horarios de actividades día por día y armar un cronograma mensual. Visualizar esto en papel, o en un archivo digital, ayuda a tener más claro el panorama. Ojo, hay que diseñar el plan con una actitud realista: por querer abarcar mucho, al final se hace mal todo.