¿POR QUÉ?
Las razones pueden ser variadas. No te gustó la carrera que elegiste. No es como creías. Es difícil y no rindes. En fin. La idea, en cualquier caso, es analizarse y definir con certeza las razones.
¿SABES LO QUE IMPLICA?
Cambiar de carrera es una lucha contra las expectativas propias y ajenas. Es decir, uno se siente mal porque tomó el camino equivocado, pero los padres también sienten el impacto. Asimismo, es un reto contra el tiempo y el dinero, recursos que no deben ser pasados por alto.
¿BUSCASTE INFORMACIÓN?
A diferencia de la primera vez, hay que ser riguroso y buscar ayuda de diversas fuentes. Conviene visitar a profesionales vinculados a la orientación vocacional, acudir a universidades y hablar con las autoridades de la carrera de interés, conversar con personas que hayan estudiado la carrera, en fin. La idea es tener un tener un panorama claro.
¿TE ESFORZARÁS?
El camino no será fácil. Así como tendrás satisfacción por haber encontrado tu vocación, también encontrarás exigencia. Te frustrarás en algún momento. Hasta cuestionarás tu decisión. La clave para seguir adelante: nunca perder la motivación. Es tu futuro.
¿ESTÁS SEGURO?
Después de definir las causas del cambio de carrera, conocer las consecuencias, buscar información y tener la motivación para luchar, hay que preguntarse si realmente está en capacidad de dar ese paso trascendente. Pensarlo dos veces. Tal vez tres, quizás cinco, o mejor veinte.
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