03.MAY Viernes, 2024
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Opinión

Hace solo un par de semanas, César Villanueva fue nombrado presidente del Consejo de Ministros y, sin estreno, parece haberse diluido y desgastado; no por acción, sino por comparación con la figura de Nadine Heredia.

Mónica Delta,Opina.21
mdelta@peru21.com

Por obra y gracia de nuestro excelentísimo presidente, que no cesa de promover la candidatura de su amada esposa, el premier es el gran ausente de la política nacional.

Su antecesor, quien se fue, con pena y no con gloria, debido a una actitud sumisa y de ‘secretario’ con Nadine Heredia, salió del gabinete sin siquiera ser conocido por más de un tercio de la población. ¿Es eso lo que le espera a César Villanueva? ¿Un exitoso presidente regional, sometido a las reglas familiares de los Humala-Heredia, para poder pasar piola?

Sería penoso, y estoy segura que, de continuar así, el jefe del Consejo de Ministros tendrá mecha corta y muy poco futuro.

Todos esperamos que, tras su presentación en el Congreso de la República, César Villanueva tenga los pantalones suficientes para construir un liderazgo institucional. No se trata de que la señora Nadine sea brillante, buena comunicadora, la número 2, la candidata preferida y nata de su esposo.

Se trata de que nadie la ha elegido a ella. Se trata de que no estamos en una monarquía donde se gobierna en familia y los puestos de poder se heredan por la sangre.

Estamos en una democracia aún incipiente, con instituciones frágiles que hay que fortalecer a través de los estamentos gubernamentales que tienen la obligación de responder por sus acciones, en lo político, en lo civil y, si es necesario, en lo penal, ante la ciudadanía.

Villanueva debe presentarse ante el Congreso el próximo lunes para dar a conocer sus lineamientos de gobierno. Llega debilitado, y eso no es bueno. La luz verde que necesita no es la de Nadine. Villanueva requiere hacer los cambios que lo encaminen en su misión de gerenciar mejor el país y lograr convocar a un verdadero diálogo entre las diferentes fuerzas para avanzar.

Los duelos personales del presidente Humala con el expresidente y la exprimera dama lo que logran es desprestigiar a su propio gobierno y a su gabinete. Peace and Love, Mr. President.


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