Mercedes Aráoz,Al.Mercado
La Alianza del Pacífico, desde sus momentos de conformación más preliminares, cuando Bachelet estaba en su primer gobierno y era una de sus principales propulsoras, se perfiló como un modelo abierto a los que quisieran profundizar sus relaciones comerciales entre sí, ampliar sus mercados de capitales y proyectarse conjuntamente a los mercados del Asia Pacífico. En aquel momento se invitó a los países de la costa pacífica de América a ser partícipes y, en una de las primeras reuniones, a Brasil, para que participe de las conversaciones. Pasó el tiempo y fueron los cuatro países que hoy conforman la AP los que mostraron voluntad de avanzar. Hoy que invitan a Mercosur a conversar nuevamente con un argumento de velocidades diferentes, nos preguntamos si sus miembros querrán abrir sus mercados a los productores e inversionistas de AP. Hasta hoy solo hemos visto barreras a la entrada de lo más sofisticadas y complejas. Ojalá no se complique el espacio dinámico que hemos creado.
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