25.NOV Lunes, 2024
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"Al paso que vamos, la música criolla morirá"

Preferida de Chabuca Granda, Cecilia Barraza no se siente una figura del criollismo. “Los aplausos y los reconocimientos los llevo en el corazón, ya estoy en mis cuarteles de invierno”. Escúchela hoy en La Estación (Barranco).

Foto: Nancy Dueñas.
Foto: Nancy Dueñas.

Cecilia Barraza,Cantante criolla
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Mario Vargas Llosa calificó a Cecilia Barraza como dulce, tierna y elegante. Y no se equivocó. Esta muchacha de Magdalena –hermana del gran ‘Miguelito’ Barraza– fue una de las preferidas de Chabuca Granda y, con los años, se convirtió en una carismática conductora de programas de radio y televisión. Esta noche, en La Estación de Barranco, junto con Lourdes Carhuas, Patricia Saravia y otros participa del show ‘Guitarra negra’, homenaje que se le dará a Santiago ‘Coco’ Linares, guitarrista y arreglista de gran talento. Entradas: 40 soles.

Sospecho que, en familia, eres más divertida que Miguel, tu hermano…
¿Miguel ha dejado de ser divertido? Lo que pasa es que los años nos van amargando (ríe). Los años me han ido dando arrugas y otros inconvenientes, pero uno, aunque cueste trabajo, tiene que asumirlos.

¿Le tienes miedo a la vejez?
No es que le tenga miedo, ya soy una persona mayor (risas). A los 60 años nos consideran un ‘adulto mayor’… que no me frieguen, yo no me siento de la tercera sino de la segunda edad (risas). Eso sí, yo no soy partidaria de las cirugías, moriré con mis arrugas. ¿Por qué cambiar lo natural, lo normal? Las arrugas son el símbolo de haber vivido… y de haber vivido bien.

¿Cómo has vivido?
Intensamente. Quemé etapas como debía ser, no me adelanté a nada, esperé que la vida llegase y, así como recibí golpes, también tuve grandes satisfacciones. Por ejemplo, cuando yo tenía 19 años, Chabuca Granda me llevó a México. En aquella gira también estuvieron Raúl García Zárate, Perú Negro, ‘Lucho’ González.

Apareciste en el programa de Augusto Ferrando pero, sin duda, tu espaldarazo artístico te lo dio Chabuca…
Claro. Imagínate, de un escenario de aficionados pasé a cantar en el Palacio de Bellas Artes del México DF.

Además, el entorno de Chabuca estaba formado por poetas, intelectuales…
Era muy interesante. Allí conocí tanto… era una esponjita. Yo era una chica de Magdalena, muy aguerrida, con calle, chiquita pero combativa: he gorreado tranvía (risas) y en lugar de gritar, como mi voz es pequeña, lanzo un silbido (y Cecilia lanza uno muy sonoro, varonil y reímos).

¿Qué aprendiste de Chabuca?
La generosidad. Y aproveché sus lecciones al máximo. No era una mujer cerrada, compartía su sapiencia, me daba sugerencias que yo tomaba muy en cuenta. “Es mi sucesora”, decía, llena de esa personalidad arrolladora que hacía que, en todos lados, la recibiesen como una reina. Viajamos mucho. De su mano fui a Buenos Aires, vi La señorita de Tacna, de Mario Vargas Llosa, con Norma Aleandro como protagonista… uf, hace tanto años ya, es que por los años cuando yo hablo, hablo de historia (risas).

¿Cómo está tu voz?
Está bien, se ha conservado. Mi registro vocal no es muy amplio, es pequeño, pude desarrollarlo más pero siempre fui muy floja (ríe). Y cuando me dediqué a la conducción descuidé un tanto mi voz, porque comunicar me gusta mucho, hablo como una lora y me han dicho que conecto con la gente. Vargas Llosa dice que transmito dulzura, ternura y que mi presencia era elegante.

Además, has cuidado tu figura pública: no has estado envuelta en escándalos…
Esta figuración pública es innecesaria. Por sus dones (se refiere a Lucía de la Cruz), no necesitaría pasar por esto porque, además de cantar bien, es querida por el público. No la juzgo, pero me parece que es innecesario que llegue a extremos, que esté saliendo tan seguido en la tele. Eso puede servirle a quienes comienzan, a quienes no tienen de qué agarrarse, pero no a ella.

¿Te sientes una figura del criollismo?
Las etiquetas nunca me han interesado. Los diplomas y las medallas las agradezco y las guardo porque sé que vienen con mucho cariño, pero no soy de ceremonias rimbombantes. Los aplausos y los reconocimientos los tengo en el corazón. Y si me convocan como top es porque no ha salido más gente, lo cual me apena.

¿El criollismo vive una crisis?
Hay crisis, definitivamente, sobre todo de compositores, nos hemos quedado con Escajadillo, con Juan Mosto, con Polo Campos Con Alicia Maguiña y, después, con Andrés Soto, con Kiri Escobar. El relevo ha sido escaso. Lourdes Carhuas y Marco Romero son nombres actuales, pero ya no salen camadas como las de antes. Es decir, compositores hay, los jóvenes quieren dar su aporte, pero lo que falta es un movimiento, algo que respalde nuestra nueva canción.

¿Morirá la música criolla?
Al paso que vamos, sí. Esa fue una de las causas por las que dejé Radio Felicidad. Me parece bien que una radio quiera pasar los éxitos de siempre, pero terminan convirtiéndose en emisoras de música del recuerdo, de intérpretes que incluso han fallecido. Las radios dicen que le dan a la gente lo que ella quiere escuchar, pero resultan tan repetitivas que aburren.

AUTOFICHA

- Crecí en Magdalena. Tengo calle. A mis 60 años dicen que soy ‘adulto mayor’. Que no me frieguen, yo no me siento de le tercera sino de la segunda edad (ríe).

- Me gusta la fusión pero no la experimentación. Por eso, un disco como Cholo soy lo escucho pero no es mi estilo, prefiero La Gran Reunión.

- Si nos unimos, las radios voltearán a ver a los músicos. Debemos replicar lo que hizo Gastón, él no inventó nada, la comida estaba allí, pero unió voluntades.


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