Un nuevo trastorno salió a la luz tras la autopsia al fallecido actor Robin Williams.
Esta vez, el examen reveló que el artista padecía de demencia de cuerpos de Lewy y que, además, no se había intoxicado al momento de su suicidio, en agosto de este año.
Williams, que dejó de existir a los 63 años tras ahorcarse en su domicilio de California, también sufría de depresión, ansiedad y Parkinson.
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