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Mario Siperman, tecladista de Los Fabulosos Cadillacs: “No hay presión para lanzar hits”

Músico se refirió a los nuevos cambios en la agrupación a pocas semanas de su show en Lima.

(planoinformativo.com)
(planoinformativo.com)

César Salazar

Con una renovación en su propuesta y nuevos integrantes, el grupo argentino Los Fabulosos Cadillacs regresa a nuestro país para tocar el 3 de setiembre en el Estadio Monumental. Desde Buenos Aires, el tecladista de la banda, Mario Siperman, se refirió a estos cambios.

Presentan su disco La salvación de Solo y Juan, que ha sido denominado una ópera rock. ¿Experimentan un giro en el grupo con una propuesta más teatral?
En este disco se relata la historia de dos hermanos a través de canciones y sí hay nuevos sonidos, pero no se ha perdido la esencia de los Cadillacs. En el concierto vamos a presentar los nuevos temas y también los clásicos.

¿Este disco puede llegar a las tablas en una obra de teatro?
No lo descartamos y puede darse. En el show no hay una puesta teatral y lo que se realiza es un concierto tradicional con el apoyo de videos e imágenes para contar la historia.

¿El ingreso al grupo del hijo del cantante Vicentico y del hijo del guitarrista Flavio Cianciarulo es para cautivar a una nueva generación?
Creo que tiene que ver con el crecimiento de nosotros y que se agrandan nuestras familias.
Es cierto que se están renovando las generaciones en el público y también están los fans de antes, pero es algo natural por haber tocado tantos años. Florián y Astor aportan a la banda con un sonido particular porque tocan muy bien.

¿Eso quiere decir que el grupo tiene para rato?
Tenemos nuestra manera de trabajar muy tranquila, ya que hacemos giras y otras veces no. No nos ponemos metas y lo que hacemos es tocar un concierto como si fuera el único y con la misma energía.

¿No les afectó que Vicentico y otros músicos del grupo lanzaran proyectos independientes y no hayan grabado discos muy seguido?
No lo creo. Es bueno que cada uno haya tenido tiempo para hacer sus cosas por separado, y eso suma, porque da la posibilidad de que se aporten nuevas ideas desde afuera. Está bien que el círculo se haya abierto.

Se puede decir que han sobrevivido a los cambios con varias salidas de integrantes y tiempos de receso.
Es básicamente la vida misma y que en 30 años hemos vivido cosas buenas, horribles y tristes. Nos conocemos desde los 18 años y ahora tenemos 53 años, es lógico que nos ha sucedido de todo.

¿Han aprendido a manejarse como una banda sin que se dependa de un integrante?
Precisamente es así como lo dices, somos una banda y lo que queremos es trascender como lo harían otros grupos. No planeamos nada a largo plazo y lo que siempre queremos es hacer lo mejor para el grupo.

¿Es cierto que años atrás intentaron incursionar en el mercado estadounidense cuando lanzaron el tema Vasos vacíos con Celia Cruz?
En los años 95 y 96 hicimos giras largas y tocamos en muchos lados. Llegamos a Estados Unidos, pero tocamos para el público latino. No es nuestro sueño, como el de un actor querer llegar a Hollywood. Eso del mercado americano es un invento que no existe para aquellos que hacemos música en español.

¿Sienten que varios grupos latinoamericanos han copiado su estilo porque también fusionan el ska y la pachanga?
No lo sé. Creo que eso pasa cuando un grupo es popular y a gente más joven le gusta tu estilo y hacen cosas influenciadas. Pero eso no solo sucede con los Cadillacs, sino que le pasó a Soda Stereo y Virus. Cuando uno escucha la música de otro, siempre se influencia.

¿Tienen en mente lanzar hits tan bailables como fueron Mal bicho y Matador?
No es la idea. Sí queremos que nos vaya bien, pero no tenemos presión para lanzar hits en nuevos discos. Este nuevo álbum es una obra que no está conformada por canciones sueltas y suenan más lindas cuando son escuchadas en su totalidad.

¿Se han adaptado a las redes sociales y el nuevo sistema de venta de discos?
Para nada. Los que deben vender discos son las compañías y nosotros hacer música. Las compañías discográficas en los años 90 ganaron millones reeditando nuestros discos. ¡Que se jo…!, porque despilfarraron plata construyendo megaestructuras. A los artistas nos toca llenar estadios y ganar nuestro dinero.


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