Esteban Acuña
@estebanbigotes
Juan Luis Londoño Arias, conocido artísticamente como Maluma, es un cantante y compositor colombiano de reggaetón, cuya fama —si bien no se puede negar— está estrechamente ligada al tenor de las letras que acompañan el pegajoso ritmo de sus canciones.
Lo cierto es que hoy Maluma es la sensación del festival de Viña del Mar 2017. Llegó el sábado por la noche al Aeropuerto de Santiago, donde miles de fanáticas lo esperaban con pancartas, fotografías y regalos.
Además de ser el jurado del Festival durante las seis noches que dura el evento internacional, también cantará este viernes en el anfiteatro de la Quinta Vergara (por cierto, es uno de los intérpretes más caros que han contratado este 2017). Y aún sin haber salido al escenario ya es noticia por las exigencia que ha demandado para su estancia: una casa de más de 1,000 metros cuadrados para toda su familia compuesta por nueve personas; seguridad constante y un chef durante las 24 horas, entre otros pedidos.
Sin embargo, y sin dejar de lado sus méritos, el cantante es duramente cuestionado por el alto calibre sexual de sus canciones, como la que lleva por título ‘Cuatro babys’ —canción que, dijo, no dejará de tocar en el escenario.
Este hecho lo ha puesto en el ojo del huracán. La Corporación por los Derechos Sexuales y Reproductivos de Chile llamó al colombiano a “omitir sus temas misóginos” en el Festival internacional, y hasta sus colegas han hablado acerca de su trabajo. Le han aconsejado, incluso, que modere el tono de sus canciones. Así, por ejemplo, le aconsejaron Joel Schajris y Leonel Garcíalo, el dúo de Sin Banderas.
Pero no solo él. Carlos Vives, quien dice ser su amigo, no tuvo reparos: “Tiene canciones muy perversas y líricas muy pobres”, declaró a la revista Semana. La cantante chilena Mon Laferte fue mucho más ‘suave’ con sus palabras al referirse al trabajo de Maluma, y solo se limitó a decir que “todos podemos superarnos y escribir mejores canciones”, aunque concluyó diciendo que cuando ella era joven también escribió “muchas tonteras”.
Todo esto deja en evidencia que algunas personas que gozan de fama repentina no lo hacen solo por sus méritos, sino también por una seguidilla de críticas que parecen no incomodarlo demasiado. Quienes denuncian sus contradicciones, acaban finalmente por transformarlo en una polémica, y, en efecto, la popularidad de Maluma sigue en aumento.
A pesar de las críticas, desde que llegó a Chile ha dedicado parte de su tiempo en realizar actividades sociales. Primero anunció que donará el dinero que gane en sus presentaciones de Viña del Mar para ayudar a las víctimas de los incendios forestales en Chile. Luego participó en una actividad social al visitar a los niños del Centro de Salud Familiar (CESFAM) de Reñaca Alto, un conocido sector veraniego de Viña del Mar. Allí se animó a cargar a uno bebé con déficit psicomotor.
Todo lo acontecido deja la idea de que el artista se estuviera esforzando por balancear su imagen mitigada por las letras de sus canciones y la que él quiere demostrar mediante sus actos. Pero por más que intente separar una imagen de la otra, la gente se encargará de demostrarle que para una artista hacer eso es imposible.
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