¿Cuál fue el verdadero motivo de la separación de Zen en el 2009?
El Perú no es un país muy rockero y la movida tenía sus subidas y bajadas. Para estas bandas es muy difícil mantenerse unidas y concentradas cuando no están en pleno apogeo. Hubo dos picos fuertes de rock peruano que se dieron en el 2003 y 2007 luego* vino la aplanadora de la cumbia y las cosas bajaron*. En ese momento en el grupo estábamos pensando en cosas diferentes, la banda ya no era prioridad y eso se notaba en los ensayos y conciertos. Incluso, llegamos a un punto en el cual no compusimos una sola canción en seis meses. Eso fue muy estresante, por eso les propuse dejar la banda ahí no más. Hasta hace unos ocho meses no tenía intenciones de revivir a Zen.
¿Y qué te animó a hacerlo?
El hecho de que nunca dejamos de ser amigos. Siempre nos veíamos en reuniones familiares, pero nunca hablábamos de la banda. Un día en una de mis presentaciones como solista, me quedé sin guitarrista y mi mejor opción de reemplazo fue Alek (guitarrista de Zen) porque parte de mi repertorio eran canciones de Zen. Cuando nos vimos en concierto y lo presenté, la gente lo reconoció. Era como el 50% de Zen de vuelta a los escenarios. Después del concierto le propuse juntarme con él y su hermano y todo se concretó rápidamente.
En la época del primer disco de Zen lanzaron unos cuantos temas en inglés como ‘Stay’ y ‘Nothing’, ¿por qué no siguieron haciéndolo?
En esa época nosotros veníamos de tocar en bandas como Huelga de hambre y La Raza, grupos que habían tenido la oportunidad de tocar en festivales en EEUU junto a Ilya Kuryaki, La Ley y Café Tacuba. Nosotros llegamos como Huelga de hambre y la gente allá ni siquiera podía pronunciar el nombre del grupo. Entonces cuando formamos Zen teníamos la idea de que el nombre de la banda debía ser una palabra que se pronuncie de la misma manera en todo el mundo. Y con la idea de que podíamos regresar a esos festivales donde te piden temas en inglés, decidimos componer algunos. Pero desistimos rápido de eso. El cuento de la internacionalización o del crossover no es tan simple como uno cree. Si uno no tiene las vivencias del público de allá y lo hablas como tal no funcionará. Si quieres escribir en inglés vete a vivir allá. Y olvídate de Shakira y Ricky Martín que son fenómenos donde hay mucho dinero de por medio.
Con el pasar de los años el sonido guitarrero y pesado de los inicios de Zen se fue perdiendo, ¿era con la idea de sonar más en las radios?
Se llama la edad (risas). Cuando sacamos el primer disco, la canción que más sonó en radios fue ‘Sol’, luego me dijeron que para mantener el éxito debía escribir una canción similar a esa. Yo me rehusaba y por eso el siguiente disco fue más denso, a excepción del tema ‘Quédate’ que era como un lunar en el álbum pero que al final se convirtió en el hit y salvó el disco. La banda no tenía una ambición comercial. En el tercer disco ya se comenzaba a ver el hecho de que no estábamos muy conectados y enfocados en lo que queríamos como banda. Además, ya terminaba la era de MTV. Muchas canciones fueron grabadas ‘a la ya que importa’, luego nos separamos.
¿Qué tan importante consideras que fue tu paso por el grupo Huelga de hambre?
Aprendí el hecho de disfrutar el tener una banda y viajar. Además, descubrí que es lo que quería hacer más adelante. Me perfilaba como compositor y me di cuenta que lo mío no era el grunge, por más que me decían que nos salían muy bien los temas de Pearl Jam y Soundgarden. A mi más me gustaba U2, Depeche Mode, pero siempre con algo de rock guitarrero.
¿Cómo fue la transición de Zen a músico solista?
Fue por necesidad. Ya no quería tener que tomar decisiones entre tantas personas. Pero por otro lado, el tener que tomar las decisiones solo y pensar que si te equivocas te caes solo y nadie te dará la mano para levantarte, es más complicado. Aprendí dos cosas. Musicalmente todos necesitamos un productor, una visión externa para pulir tu material. Con esa persona compuse dos discos muy buenos que tal vez en su momento no fueron muy comprendidos. Cuando eres solista tienes que lidiar con todo solo, es una responsabilidad más grande. En una banda, si todos nos vamos al diablo, lo hacemos de la mano.
¿Volverás a presentarte como solista?
Pensaba mantener los dos proyectos en paralelo pero la verdad es que con Zen las cosas están funcionando muy bien, como músicos y como empresa. Por ello, he decidido dedicarme solo a Zen.
¿Zen está por lanzar un nuevo disco?
Sí, será un mix de temas antiguos y nuevos. Hemos regrabado las mejores canciones de todos los discos. En nuestros álbumes anteriores nunca nos preocupamos por la calidad sónica pero este nuevo álbum si se está haciendo de manera profesional, incluso lo mezclan afuera, por eso aprovechamos para regrabar los temas antiguos. Además de ello, estamos lanzando cuatro o cinco canciones nuevas. En total hemos grabado 20 temas, tal vez al final sea un disco doble, pero lo estamos evaluando porque puede ser muy costoso, pero al menos saldrán 15 canciones. 10 antiguas y cinco nuevas. Nuestro nuevo single ‘Cristal’ estará incluido en este disco. Pronto sacaremos un segundo video de la canción ‘A tu lado’.
¿El resto de temas nuevos mantienen la línea de ‘Cristal’?
Sí, así un poco más guitarrero. Las canciones nuevas mantienen la esencia de la banda. Se mantienen los motores compositores del grupo que son Alek y yo. Y con Hans Menacho, el nuevo baterista, la banda ha agarrado más fuerza.
Pero él tiene un background más metalero. Ha tocado en M.A.S.A.C.R.E, Natura y …por hablar
Hans es un amigo de años, de hecho estaba voceado para entrar a Zen desde mucho antes, pero por cuestiones de viajes no se concretó. Pero ahora está instalado en Perú, además es un súper batero y muy pilas. Hay mucha química de patas.
Hace algún tiempo los rockeros peruanos comenzaron una campaña para hacer que las radios locales transmitan más su música, ¿Qué opinas sobre ello?
En esa época yo estaba en la radio como conductor. Ahí aprendí cómo funcionan las cosas. Las radios se manejan por sistemas complejos que te arrojan ciertas canciones y con ellas el negocio se mantiene. Cuando yo empecé en la radio generamos un cambio radical en la programación y lo que obtuvimos automáticamente fue el rechazo de la gente. Eso lo veíamos en las redes sociales y en los mails que el público nos enviaba. Por ejemplo yo ponía ’Daughter’ de Pearl Jam y a la gente le parecía muy estridente. Luego las cifras de sintonía comenzaron a caer y si se van los auspiciadores te quedas sin chamba. No sabría decirte quien tiene la culpa, si los gustos del peruano o si a la radio se le paso la mano con el hecho de alimentar a la gente con este sistema por mucho tiempo. Yo traía artistas nacionales a mi programa y los hacía tocar en vivo pero el público no respondía. Luego les ponía una canción como ‘Hurt so good’, tema que detesto, y la sintonía volvía a subir y la gente comenzaba a mandarnos comentarios positivos. El tema del rock en el Perú no es algo de toda la vida como es en Argentina que viene de los 70s, nunca se detuvo allá, en Perú ha habido baches y paradas que han afectado. Culturalmente no podemos compararnos, tal vez nos falten 10 o 15 años para acercarnos a ese nivel.
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