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Crisis del Cine Peruano

Fracasos de taquilla y salas vacías son la muestra clara que el séptimo arte en nuestro país no atraviesa el mejor momento. Directores locales tuvieron opiniones encontradas con respecto a esta problemática.

(Difusión)
(Difusión)

El cine peruano atraviesa una de las peores crisis. La falta de interés del público por las cintas locales se agudizó este año ante la fuerte demanda de producciones hollywoodenses. Algunos directores responsabilizaron a los programadores de las salas que solo les permitieron exhibir sus películas durante dos semanas en cartelera, mientras otros reconocen que existe un problema mayor para acostumbrar al público a apreciar el producto nacional. Recientemente, el director Fabrizio Aguilar puso el dedo en la llaga al manifestar su malestar por la poca aceptación hacia su película.

“Desde su primer día en cartelera, el recibimiento a Lima 13 fue bastante frío. El poco público ha hecho que la película trastabille en su permanencia en las salas. No importa lo talentosos que podamos ser, el monstruo americano ha comprado gustos y conciencias. Las empresas los apoyan y los financian…”, reclamó en Twitter.

Y tuvo razón, porque su cinta solo fue vista por 15,758 personas.

PIDE NUEVA LEY
Por su parte, Joel Calero, director de la película Cielo oscuro, sostiene que una cinta peruana no debe ser tratada de la misma manera que una película de Hollywood.

“Lima es la única ciudad donde los cineastas podemos recuperar nuestra inversión. Es una llamada de atención para que escuche el ministro de Cultura y se cree una ley que favorezca al cine y determine periodos de mayor tiempo en cartelera”, señaló.

“Mi película fue vista por 29 mil personas, pero a la tercera semana ya no figuró en la cartelera. Me fue bien a diferencia de otros directores, aunque todavía tengo deudas pendientes”, agregó.

CUESTIÓN DE NÚMEROS
Marcando distancia con los anteriores realizadores, el director de la cinta animada Los ilusionautas, Eduardo Schuldt, opinó que el público tiene plena libertad para elegir lo que quiera ver y rechazar historias que no le parezcan interesantes.

“Se trata de un tema matemático. Los empresarios velan por sus ingresos y si ven a 15 o menos personas en sus salas, entonces lo más seguro es que retiren una película. No es porque sea peruana sino por cuánta gente ha ido a verla. El 95% de cinéfilos quieren que le cuentes una historia extraordinaria. Varios avances de películas peruanas no tienen ese gancho, y no se sabe si son dramas o comedias”, comentó.

Del mismo modo, el director lamentó que varios de sus colegas prefieran ser fieles a sus ideas creativas, antes de realizar producciones atractivas y comerciales.

“Hay que desarrollar una industria en el país, que se haga cine comercial para ganar dinero y recuperar la inversión. Es lo que hacen en el extranjero”, agregó Schuldt.

MERCADO CHICO
Tras debutar hace unos meses con su ópera prima Coliseo, el director Alejandro Rossi dijo que esta industria es muy pequeña para obtener millonarios resultados.

“Competimos con películas de enormes presupuestos y con actores de Hollywood que tienen como soporte grandes campañas publicitarias. Debemos ser conscientes que somos una atracción pequeña para el público y que el resultado no será siempre el que esperamos. Esto no solo pasa aquí sino también en España y en otros países latinoamericanos. Mi película fue vista por 18 mi espectadores, pero hubiera querido que la vean más”, lamentó.

PREJUICIO ANTICIPADO
En tanto, el cineasta Sandro Ventura, quien este año estrenó su thriller El buen Pedro, manifestó que el público debe cambiar de mentalidad para apreciar al cine peruano.

“Siempre hay un prejuicio anticipado contra el cine nacional. Existe una mentalidad pesimista de la gente porque cree que las películas peruanas es ver temas sociales, terrorismo, o porque simplemente son aburridas, con lo que no estoy de acuerdo. No es culpa del distribuidor que saque de la cartelera alguna cinta peruana porque hay pocos espectadores. Se debe reconquistar al público y acostumbrarlos a ver nuestro cine. Quizás deban haber ciclos gratuitos de películas en los colegios. En mi caso, estuvimos tres semanas en cartelera y llegamos casi a los 30 mil espectadores. Económicamente estamos tranquilos porque recuperamos nuestra inversión”, precisó.

DENUNCIA A CINEMARK
Para generar más polémica el rockero Julio Andrade, realizador de la película Quiero saber, denunció que la cadena Cinemark cobra una suma de dinero por exhibir un filme nacional.

“La única cadena que cobra es Cinemark y lo hace pidiendo US$800 por semana. Ellos dicen que son para los gastos de su cadena. Otro gran problema es que las cadenas de cine se quedan con el 60% de taquilla y solo nos dan el 40%. Eso no debe ser así porque no ganamos los que más trabajamos. Debería existir una ley que sea equitativa. Tiene que realizarse una campaña de concientización con el Ministerio de Cultura, Dicine y los cineastas. También deben bajar los precios de los cines y que un estándar sea de 10 soles”, sostuvo.

Asimismo, Andrade comentó que la piratería afectó mucho a los directores peruanos en los últimos años.

“Los piratas también perjudican al cine. Es un gran cáncer para el arte. Deben existir leyes drásticas contra ellos. Es un riesgo hacer cine en el Perú. Yo no tuve un boom taquillero, solo llevé aproximadamente 4 mil espectadores y eso fue muy bajo. La película costó un promedio de US$225 mil, y de mi bolsillo puse US$60 mil. He recuperado US$20 mil, y ahora estoy endeudado por todos lados”, concluyó el cantante y cineasta.


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