(Madrid/dpa)
El racismo se instaló como una presencia habitual en las gradas del fútbol español, donde por segunda semana consecutiva un jugador de raza negra denunció ser objeto de insultos.
Los hechos ocurrieron en los últimos instantes del encuentro jugado ayer en Valencia entre Levante y Atlético de Madrid, cuando un sector de la hinchada visitante imitó sonidos de mono al acercarse el senegalés Pape Diop.
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El jugador del Levante bailó primero como un simio en señal de burla, pero luego expresó su descontento ante el nuevo episodio de racismo.
“Es un tema que me afecta mucho y que me lo hacen en muchos campos. No sé si es racismo o es falta de respeto, pero tiene que acabar ya que a los jugadores negros les hagan ese sonido”, pidió el senegalés tras el encuentro.
En la anterior jornada se vivió otro incidente racista con Dani Alves, jugador del Barcelona, a quien le arrojaron un plátano desde la grada del Villarreal en pleno partido.
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El jugador brasileño agarró la fruta, la peló y comió un trozo antes de poner el balón en juego en un gesto que generó miles de adhesiones en todo el mundo.
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Lo ocurrido en el fútbol español traspasó fronteras y el suceso de Diop provocó otra multitud de mensajes por las redes sociales.
Por ejemplo, el exjugador inglés Gary Lineker opinó: “El fútbol español debe afrontar que tiene un serio problema con el racismo. No pueden continuar enterrando la cabeza en la arena”.
Lineker pidió una actuación decidida a los organismos rectores del fútbol español –Real Federación Española de Fútbol y Liga de Fútbol Profesional–, pero de momento cualquier medida para luchar contra el racismo se adopta solo a título particular.
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