Personajes fuera de serie, ídolos de multitudes, llenos de gloria, fama y dinero. Con esos privilegios, ¿qué podría llevar a deportistas de élite a convertirse en viles delincuentes o en despiadados asesinos? El deporte está lleno de trágicas historias como la que ahora vive el atleta sudafricano Oscar Pistorius, quien mató a su novia, la modelo Reeva Steenkamp, de cuatro tiros.
Vere St. Leger Goold, tenista irlandés y subcampeón en Wimbledon en 1879, fue condenado a cadena perpetua en la Isla del Diablo por el asesinato de Emma Levin, cuyo cuerpo descuartizado fue encontrado en una estación de tren de Marsella en 1907.
En 1994, O.J. Simpson, estrella del fútbol americano y del cine, protagonizó una espectacular persecución por las calles de Los Ángeles tras convertirse en el principal sospechoso del asesinato de su esposa, Nicole Brown, y del amante de esta, Ronald Goldman. Tras ser capturado, Simpson fue procesado en un mediático juicio del que fue absuelto. Sin embargo, en 1997 se le abrió un proceso civil para pagar una millonaria indemnización a los familiares de Brown y Goldman.
El futbolista también fue acusado de robo y asalto en un juicio del que salió bien librado en 2001 en La Florida, aunque en 2008 fue condenado por robo y secuestro en un hotel de Las Vegas. Fue sentenciado a un mínimo de 9 años en prisión y un máximo de 33.
Asimismo, el norteamericano James Snook, quien ganó dos medallas de oro en tiro en los JJ.OO. de San Luis 1904 y que posteriormente se convirtió en catedrático de medicina veterinaria en la Universidad Estatal de Ohio, fue condenado a muerte y ejecutado en la silla eléctrica por el asesinato de su alumna y amante, Theora Hix, quien le reclamó casarse con ella.
PUÑOS ASESINOS
Sudamérica no ha estado exento de estos hechos. Carlos Monzón fue el mejor boxeador que tuvo la Argentina y su ocasó ocurrió el 14 de febrero de 1988 cuando mató a su última esposa, Alicia Muñiz. El hecho se produjo luego de una fuerte discusión que tuvo la pareja y que terminó con la mujer cayendo por el balcón del departamento que ambos tenían en Mar del Plata. Muñiz no sobrevivió.
El púgil fue acusado de homicidio y en 1989 se le condenó a 11 años de prisión por homicidio simple. Ya en la etapa final de su sentencia, a Monzón se le permitió las salidas restringidas para trabajar. Y en una de esas salidas, murió en un accidente de tránsito ocurrido el 8 de enero de 1995.
Bruno Fernandes fue arquero del Flamengo pero pasó a la historia no por sus atajadas sino por el cruel asesinato – en 2010 – de su examante, la modelo y esporádica actriz porno, Eliza Silva Samudio, con quien tuvo un hijo que no reconoció. Ella intentó que el futbolista reconociera al niño, pero Fernandes maquinó un plan con su primo Sergio Rosa y su amigo Luiz Henrique Ferreira Romao para secuestrar a la mujer, quien fue asesinada en la casa de un policía, cómplice del hecho. El cuerpo de la modelo jamás fue encontrado.
OTROS CASOS
En 1999, Rae Carruth, jugador de los Carolina Panthers de la NFL, contrató a un sicario para que acabara con la vida de su novia Cherica Adams, quien estaba embarazada. Los médicos salvaron la vida del niño, pero la mujer murió una semana después de ser baleada. Tras ser capturado, el deportista fue condenado a pasar en prisión entre 18 y 24 años, aunque evitó la pena de muerte.
Tommy Kane, otro miembro de la NFL, apuñaló hasta matar a su esposa, Tammara Shaikh, con quien tuvo cuatro hijos.
En 2007, el canadiense Chris Benoit, luchador de la WWE, se suicidó tras asesinar a su esposa Nancy y a su hijo enfermo Daniel, de solo siete años. Benoit permaneció dos días enteros junto a los cuerpos de sus familiares antes de quitarse la vida.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.