En el extremo de un gran amor, la mujer también puede ser el camino a la locura. A dejarse arrastrar por pasiones del presente que no miran el futuro. Mientras Juan Vargas está frente a la verdad de Tilsa Lozano, la modelo que esta noche hablará en televisión sobre la relación que habría sostenido con el futbolista, también hubo otros deportistas que perdieron el rumbo.
En el extremo de un gran amor, la mujer también puede ser el camino a la locura. A dejarse arrastrar por pasiones del presente que no miran el futuro. Mientras Juan Vargas está frente a la verdad de Tilsa Lozano, la modelo que esta noche hablará en televisión sobre la relación que habría sostenido con el futbolista, también hubo otros deportistas que perdieron el rumbo.
En 1994, O.J. Simpson, estrella del fútbol americano, se convirtió en el principal sospechoso del asesinato de su esposa, Nicole Brown, y de su amante, Ronald Goldman. Simpson fue absuelto de los cargos, pero tuvo que pagar una millonaria indemnización a los familiares de las víctimas. Pocos creyeron en su inocencia.
Personajes fuera de serie, ídolos de multitudes, llenos de gloria, fama y dinero. Con esos privilegios, ¿qué podría llevar a deportistas de élite a convertirse en viles delincuentes o en despiadados asesinos? El deporte está lleno de trágicas historias como la que ahora vive el atleta sudafricano Oscar Pistorius, quien mató a su novia, la modelo Reeva Steenkamp, de cuatro tiros.