Una racha histórica en el fútbol alemán llegó a su fin: un Bayern Múnich formado sobre todo por suplentes y con la cabeza en la Liga de Campeones europea cayó hoy por 1-0 ante el Augsburgo y cortó su récord de 53 partidos seguidos sin perder en la Bundesliga.
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“Luchamos y lo intentamos. El fútbol es un deporte: no se puede ganar siempre. Tarde o temprano llegaría una derrota”, explicó el técnico Josep Guardiola después del partido. El Bayern no perdía en Liga desde octubre de 2012, hace ya un año y medio.
Campeón desde hace dos fechas, el Bayern afrontó el partido por la jornada 29 sin nada en juego y centrado en la vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones que juega el miércoles en Múnich ante el Manchester United tras empatar 1-1 en la ida.
Guardiola dispuso por eso el equipo con más rotaciones de la temporada. Franck Ribéry, Arjen Robben y el capitán Philipp Lahm ni siquiera fueron convocados a Augsburgo. Solo los titulares Manuel Neuer, Bastian Schweinsteiger y Toni Kroos articularon el “Bayern B”.
Fue una pérdida de balón de Mitchell Weiser, uno de los tres jóvenes debutantes alineados por Guardiola, la que abrió el camino al merecido 1-0 del Augsburgo por medio de Sascha Mölders en el minuto 31 ante un Bayern que casi no había llegado al área rival.
La entrada de Götze tras el entretiempo y de Thomas Müller por Claudio Pizarro en el 63’ cambió la situación y derivó en cada vez más jugadas de peligro del Bayern, pero el partido quedó para los locales, que se mantienen octavos en la tabla.
Guardiola defendió su decisión de dar descanso a los titulares: “Sería un gran error pensar que perdimos por los jugadores jóvenes. Hojbjerg (otro debutante) y Weiser fueron los mejores en la cancha. Entrenaron mucho con nosotros y conocen nuestro juego. Los felicito”.
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