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Renato Cisneros sobre su nueva obra: “Hubo páginas que yo no podía escribir sin parar de llorar”

Este y otros detalles nos cuenta el autor sobre su reciente novela. Hoy hará una firma de libros en la FIL 2015.

VALIENTE. El escritor cree que ese adjetivo es una buena forma de retratar a su padre. (Anthony Niño de Guzmán)
VALIENTE. El escritor cree que ese adjetivo es una buena forma de retratar a su padre. (Anthony Niño de Guzmán)

Renato Cisneros tuvo que despertarse muy temprano por varios años de su vida. Primero para ir a la escuela, a la universidad, conducir un programa de radio, trabajar en un diario y en televisión. Hoy, luego de los ocho años de trabajo que su novela de autoficción La distancia que nos separa le exigió, levantarse a las 6:30 a.m. es un recuerdo de aquellos días en que decidió escribir y solo escribir.

Para Cisneros, esta novela empezó como un proyecto que ni él mismo estaba seguro de que iba a realizar. Actualmente, cosecha comentarios positivos que han llevado a los críticos a calificar el libro como la mejor de sus obras, y a él, como un escritor que está alcanzando su madurez literaria. Sus anteriores textos, y eso cree Cisneros, son pasos que tuvo que seguir para llegar a este presente tan prometedor.

Para esta novela, Cisneros tuvo una metodología mucho más rigurosa para escribir, no fue solo robarle horas al fin de semana. Por esta razón y la disciplina con que fue hecho, él siente que este libro es distinto, y tal vez es ahí donde su padre, Luis Federico el ‘Gaucho’ Cisneros, ex ministro, general del Ejército y personaje de la novela, está presente: en esa metodología y disciplina propia de un militar. “Creo que reconstruir a mi padre era, sobre todo, una necesidad vital antes que una urgencia literaria”, dice Cisneros, que hizo un excelente trabajo de investigación y memoria. “Hubo páginas que yo no podía escribir sin parar de llorar”, comenta enseguida.

Renunció a uno de sus programas matutinos en la radio para darse un tiempo fijo y escribir. De 6:30 a.m. al mediodía, Cisneros cambió la hora de hablar por la de escribir. Él es una persona natural, sin poses de escritor ni conductor radial o de televisión. Un polo, jeans y zapatillas son su atuendo habitual. Con esa vestimenta podría ir a una entrevista para hablar de su nueva novela y luego partir al dentista con solo cambiarse de polo o ponerse una camisa sport.

Cisneros confiesa que, por momentos, siente que es el reflejo de su padre. Detalles cotidianos del escritor son muestras de gran influencia: cuando pone la mesa para la cena y, de pronto, aparece la meticulosidad y la perfección de ubicar los cubiertos, las servilletas y las copas que su padre tenía, apuntando los cubiertos hacia un mismo lado y ubicando los vasos con sutil simetría. El ‘Gaucho’, un militar, un ministro, un personaje, un hombre que no deja de estar presente en la vida y el libro de Cisneros; un padre que, con su presencia o su “ausencia”, cubre las distancias que hoy los separan.

Christian Saurré
(christian.saurre@peru21.com)


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