Una eficiente y elegante máquina trituradora de hombres, de destinos, incluso de países enteros. Una máquina que no solo devora lo que se propone, sino que lo hace de la manera más violenta e irónica posible. Así se puede definir, en apenas un par de líneas, la obra de Antonio Ortuño (Jalisco, 1975), quien a lo largo de diez libros, entre novelas y conjuntos de relatos, ha diseccionado la historia de su país y su convulso presente de distintas formas. Lo ha hecho desde la metáfora, como sucede en La señora Rojo, desde el prisma de lo colectivo, como es el caso de Méjico o La fila india, o desde las entrañas de individuos desconcertados que necesitan ejercer la furia para liberarse, como acontece en su divertida Recursos humanos. El inusual poder imaginativo de Ortuño y el lenguaje preciso y vigoroso que, libro a libro, ha afianzado lo convierten, sin duda, en uno de los escritores más importantes y versátiles de su generación.
Pues bien, ahora Ortuño enfila esta labor de demolición contra su propio oficio y su circunstancia como escritor con La vaga ambición, un libro estupendo, quizá el más conmovedor y profundo de los que ha escrito. A través de seis relatos intercalados entre sí, asistimos a la vida y pasión de Arturo Murray, narrador que ha llegado a los 40 años con la amarga convicción de que su vocación lo ha convertido en un constante sobreviviente de múltiples tragedias, concesiones y pérdidas que ha debido asumir con una sarcástica resignación e insistiendo, frente al teclado en su principal meta: “respirar hondamente y mentir, mentir”.
Los dos primeros cuentos –de excelente factura– se enfocan en la infancia de Murray y el nacimiento de su pasión literaria. A través de tramas muy bien construidas, asistimos a las humillaciones y la incomprensión que el protagonista sufre en sus primeros escarceos por convertirse en escritor, y de cómo toma conciencia, desde muy joven, de que sus libros, directa o indirectamente, pueden convertirse en velados instrumentos de venganza contra quienes abusaron de él y su extrema sensibilidad.
Luego de estos relatos introductorios, nos encontramos con el mejor cuento del volumen y quizá uno de los más memorables que me ha tocado leer en los últimos años: ‘Quinta temporada’. Dividido en una serie de secuencias tituladas, este texto explora con inclemente aliento paródico la vida cotidiana de Murray, signada por las condiciones que el mercado y su desordenado tren de vida le obligan a cumplir, empujándolo a contradecir los principios profesionales que él mismo se había impuesto desde el comienzo de su carrera.
Este cuento reúne varias de las virtudes que ya Ortuño ha demostrado en sus anteriores libros, pero aquí mencionaré las más llamativas: 1) su sorprendente capacidad para construir personajes sólidos con un par de trazos seguros y definitorios; y, sobre todo, 2) su hondo conocimiento de los seres humanos y de los hechos, miedos y frustraciones que los modelan y los conducen ciegamente hasta su perdición o, peor aún, directo hacia las garras de la más desalentadora mediocridad.
Más esperpéntico, pero a la vez sumamente conmovedor, es ‘Provocación repugnante’, donde encontramos a Murray de gira para promocionar uno de sus libros. En esa gira es víctima de las peores afrentas a su frágil ego: salas vacías, presentadores que no han leído la novela que van a comentar, reseñadores dispuestos a descuartizarlo a la menor oportunidad. Todo esto mientras su madre agoniza y le exige “marchar, marchar y pelear”. Este cuento exhibe, en sus escasas páginas, la capacidad del autor para tocar los temas más íntimos y cotidianos sin caer en la sensiblería ni en lo estipulado, lo vacuo o lo predecible.
Por todo esto (y más), La vaga ambición no es solo un libro fundamental en la bibliografía de Antonio Ortuño, sino también para la narrativa latinoamericana de hoy.
Valoración
- La vaga ambición.
- Páginas de Espuma, 2017. 118 pp.
- Relación con el autor: cordial.
- Puntuación: 4.5 estrellas de 5 posibles.
No se pierda la próxima Columna Vertebral sobre ‘Dejarás la tierra’, de Renato Cisneros.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.