Mijail Palacios Yábar
@mijailpy
“Yo no creo en el ‘éxito’ como escritor ni me considero un profesional de la escritura, algo que para autores como Mario Vargas Llosa o Alfredo Bryce Echenique resulta capital”, así se retrató el escritor Gregorio Martínez hace cuatro años en una entrevista para la revista Tinta Expresa. Y así se fue ‘Goyo’, lejos de los flashes literarios, pero muy presente en la memoria de lo verdadero y realmente importante. Siempre cargado de una prosa que disparaba al blanco.
Martínez falleció ayer, a los 75 años, en Virginia, EE.UU., donde vivió desde hace más de tres décadas. Lejos de su natal Coyungo, en Nasca. Ostenta los títulos de ser uno de los más destacados representantes de la Generación del 70 y de la literatura afroperuana. Integró el grupo Narración, por donde desfilaron Oswaldo Reynoso, Antonio Gálvez Ronceros y Miguel Gutiérrez.
Para el crítico literario de este diario, Martínez tiene como principal característica –que comparte con Gálvez Ronceros– rescatar la voz de los afroperuanos de la costa, entre los años 60 y 70. “De los campesinos pobres que mediante la riqueza de su oralidad y acciones, de alguna manera, resisten al poder que los oprime y los mantiene en una escala social injusta y desigual”, explica José Carlos Yrigoyen.
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LA VOZ DE ‘GOYO’
Una de las obras fundamentales de ‘Goyo’ es la novela Canto de sirena (1977), que precisamente en 2017 cumple 40 años. Narra las aventuras de Candelario Navarro, en Ica y sus pueblos negros, un anciano descendiente de esclavos. Como Martínez ha puntualizado, una obra que intenta hacer literatura de la oralidad.
“Es la transcripción del testimonio de un personaje real, como era Candelario Navarro, y consigue plasmar un mundo que hasta ese momento, en la literatura peruana, no se había trabajado de una manera conveniente”, señala Yrigoyen.
También ha escrito Tierra de caléndula, Diccionario abracadabra, Crónica de músicos y diablos, Biblia de guarango y Libro de los espejos. 7 ensayos a filo de catre, entre otros textos.
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Sin embargo, la obra de Gregorio Martínez no ha gozado de la exposición que tienen otros autores frente al ‘gran público’. “Sufrió el desdén de una buena parte de la crítica oficial. No le dieron la importancia que tenía. Quizá tiene mucho que ver con el exilio que al final eligió. Pero él siempre se quejó y combatió el desdén y lo hizo muchas veces con sorna, con un humor ácido. Pero es verdad que no fue el suyo un camino insular por propia elección sino por las circunstancias de un país que se negó a reconocer, en buena medida, sus méritos”, añade Yrigoyen.
“Una de las peores taras en el ambiente literario, no solo del Perú, es el histrionismo de los autores y desenfrenado afán por ganar vitrina y publicidad”, es otra de las frases de la entrevista que dio Martínez a Tinta Expresa. Una vez más, el escritor iqueño alzó la voz y así se va, entre palmas de respeto y una necesidad urgente de volverlo a leer.
DATOS
Por ‘Canto de sirena’ (1977) Gregorio Martínez Navarro recibió el Premio de Novela José María Arguedas.
Gregorio Martínez ejerció el periodismo cultural en diversos diarios y revistas de circulación nacional. Fue columnista en este diario.
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