Edmundo Paz Soldán y sus cuentos más personales

Es domingo y Edmundo Paz Soldán (Cochabamba, 1967) cumple su cuarto día en Lima. Ya no recuerda cuántas veces ha llegado a este país, pero no imaginó que en este viaje su agenda estaría recargada. Acaba de salir del hotel donde se hospeda llevando en el brazo un libro de la escritora Liliana Colanzi, su pareja, y mientras saluda cae en la cuenta que tiene calor. “Creo me he abrigado mucho”, se dice a si mismo con una sonrisa tímida. Para un taxi en el pleno corazón de San Isidro. Subimos.

El escritor boliviano, que en marzo cumplió 50 años, está en la ciudad para presentar ‘Tiburón’ (Fondo Editorial UCV-Animal de Invierno), una antología de cuentos escogidos por él mismo. Mientras se acomoda en el station wagon que lo llevará a un almuerzo en la casa de un amigo, en Miraflores, narra que recordó que se avecinaban los 30 años de su primer libro de cuentos. ¿Por qué no una antología?, pensó.

“Busqué que mis cinco libros de cuentos estuviesen representados, quería que tuvieran cierta coherencia, incluso en el orden”, apunta sobre los 21 relatos escogidos.

Se llama ‘Tiburón’ por el nombre de uno de sus relatos*, uno que narra un momento del fin de la adolescencia del escritor en Cochabamba. “Había un chico en nuestro grupo que resultó un gran charlatán”, apunta sobre el protagonista. “Es un cuento al que le guardo gran cariño”, agrega para explicar que al momento de ser publicado (1998) fue ‘opacado’ por ‘Dochera’, otra narración que se cansó de recibir elogios hasta que ganó el premio Juan Rulfo.

Volver a escribir

Vivir en los ochenta en Argentina cambiaría la vida de Paz Soldán. Ganó un premio universitario de cuento, que lo llevó a pensar seriamente en abandonar la carrera de Ingeniería. Tuvo varios empujones: ‘Ficciones’ de Borges, ‘La Metamorfosis’ de Kafka y ‘La ciudad y los perros’, de Vargas Llosa. Un encuentro con José Donoso, en 1986, terminaría por hacerlo caer rendido a los pies de las letras.

Escritor cumplió diversas actividades, entre ellas, participar en un encuentro en un Congreso de LASA.

Desde ahí el escritor no ha parado de producir. Lleva ya 10 novelas publicadas y faltan dedos para contar sus libros de cuentos, antologías, ensayos y colaboraciones.

–Esta es la calle Berlín, la cuadra 14 es por allá–, interrumpe el taxista.

Edmundo aún está a tiempo de la cita, solo han pasado 15 minutos desde que salió del hotel. Se baja del auto y comienza a recordar la casa de su amigo. La encuentra fácilmente. “Más tarde tengo una entrevista más y por la noche una reunión con ex estudiantes”, se disculpa cuando no tiene por qué hacerlo. Aguarda un momento hasta que la puerta del edificio frente al mar se abre para recibirlo. Se despide.

En pocos días el escritor presentará ‘Los días de la peste’, su nueva novela que transcurre en una cárcel. “Se trata de un realismo medio distorsionado”, alcanza a decir mientras ingresa al edificio con el brazo en alto. Siempre sonriendo.

DATOS:

• ‘Dochera’, el cuento que abre el libro, es dedicado a Piero Ghezzi, ex ministro peruano de Producción (2014-2016) que fue compañero de Paz Soldán en Berkeley.

• En 1988, el escritor recibió una beca de la Universidad de Alabama, gracias a su talento en el fútbol. Siempre jugó de volante ofensivo.

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— Diario Perú21 (@peru21noticias) 9 de mayo de 2017