20.MAY Lunes, 2024
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Columna Vertebral: Los riesgos de cruzar el desierto

“‘Mongolia’ peca por exceso de ambición, pero a la vez demuestra el oficio que Julia Wong ha comenzado a adquirir luego de 20 años de prolífica carrera”.

A principios de los años noventa, Julia Wong Kcomt (Chepén, 1965) debutó en la poesía con un libro de título insólito: Historia de una gorda (1994). Después publicó media docena de poemarios, todos ellos bastante conservadores y en el mejor de los casos, correctos. Ha incursionado también en la narrativa: ‘Mongolia’, la novela que reseño hoy, es su tercer libro de ficción.

A pesar de sus escasas ciento veinte páginas, ‘Mongolia’ ha sido escrita con amplias pretensiones: la suya es una trama compleja, de múltiples escenarios, personajes y sucesos, que pretende desarrollar temas disímiles como el desarraigo geográfico y mental, la maternidad fallida, el peso de la culpa y de la memoria en nuestro destino, entre muchos otros. No obstante, estos objetivos solo se cumplen a medias y hacen que la novela se convierta, mientras avanzamos por sus páginas, en una travesía por el desierto en la que se puede sucumbir por agotamiento o quedar atrapado entre sus arenas movedizas.

La premisa de ‘Mongolia’ es muy atractiva: una mujer peruana de ancestros chinos, Belinda, viaja hacia el remoto país de Genghis Khan para expiar los hechos de un pasado quemante: su pequeño hijo con síndrome de Down, Federico, ha muerto en un terrible accidente en el que ella tiene una responsabilidad ambigua. Este peregrinaje tiene como meta la reconstrucción de su vida, la búsqueda de una nueva oportunidad que concluirá en una fría y planificada tragedia.

El personaje protagónico está delineado con inteligencia y sus experiencias y motivaciones le otorgan un rasgo siniestro y a la vez doloroso que contagia al lector de un insistente desasosiego mientras avanza la lectura.

El problema es que estos logros se ven mermados por las decisiones que Wong toma al construir su historia. El personaje de Klaus Palme, que sirve como una especie de contraparte racional y egoísta de Belinda, nunca acaba de despegar: sus reflexiones, remembranzas y decisiones navegan entre el lugar común y lo impostado. A diferencia de Belinda, es una entelequia, un esbozo funcional que poco aporta a la densidad psicológica del relato. Peor aún es el de Federico, completamente inverosímil cuando su monólogo se inmiscuye, de manera bastante forzada, entre las voces que conforman la novela.

Pero la principal objeción que debemos hacerle a ‘Mongolia’ es que, en su afán de ser demasiadas cosas al mismo tiempo, añade a su argumento digresiones y escenas parásitas que muy poco beneficio reportan a la novela. Las escenas ocurridas durante la infancia de Belinda en Huaraz y de la vida de Palme son morosas y de poco interés; están ahí para explicar el comportamiento de la pareja pero nunca se integran del todo a la narración, sino que la colman de lagunas y cabos sueltos.

Igual sucede con los episodios del room C, la librería clandestina de los alemanes, un añadido artificial que en nada contribuye a la fluidez de la historia de Belinda. ‘Mongolia’ es un libro que peca por exceso de ambición, pero a la vez demuestra el oficio que Julia Wong ha comenzado a adquirir luego de 20 años de prolífica carrera.

FICHA
Nombre: Julia Wong
Obra: Mongolia. Animal de Invierno, 126 pp.
Relación con la autora: Ninguna.
Puntuación: 2.5 de 5 estrellas.


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