Brunella Rodríguez Giorgio
El 29 de marzo se aprobó una ley en Argentina que regula el uso medicinal de la marihuana. La iniciativa fue impulsada por un grupo de madres cuyos hijos utilizan el aceite canábico para paliar los efectos de enfermedades como el cáncer y la epilepsia. Esta norma autoriza el cultivo estatal de la marihuana con dos fines: la investigación y tratamiento medicinal de personas que lo requieran. Las familias accederán a la marihuana mediante dos organismos estatales, pero no se les permitirá el autocultivo.
En febrero de este año, el Gobierno peruano presentó una propuesta similar. La misma busca autorizar la importación, comercialización y el uso con fines medicinales de productos provenientes del cannabis. La presentaron al Congreso con carácter de urgencia. La Constitución dice que los proyectos de esta naturaleza deben ser priorizados, pero no fija plazo para que el Legislativo se pronuncie.
Sobre el proyecto
Si se aprueba la iniciativa, el Ejecutivo tendrá 30 días para desarrollar los criterios y procedimientos a través de un reglamento. Una vez que la norma se promulgue, deberán pasar dos años para que el Ministerio de Salud evalúe los resultados de su implementación. A partir de ahí, el Ejecutivo verá si conviene presentar otro proyecto de ley, ya no para importar la marihuana, sino para producirla en Perú con fines medicinales.
El proyecto en cuestión además plantea modificar el artículo 299 del Código Penal que establece cuándo no es delito la posesión de determinadas drogas. No será delito si la cantidad poseída de derivados de marihuana con fines medicinales sea la necesaria para tratar a una persona o a un tercero que se encuentre bajo su cuidado o tutela.
¿Qué dicen los expertos?
Alfonso Zavaletta, asesor científico de Cedro, señala que este proyecto contempla importar productos farmacéuticos autorizados en otros países. Es decir, lo traerían de lugares donde ya se conoce el uso paliativo (no curativo) del aceite de la marihuana frente a los síntomas de algunas enfermedades, como el dolor crónico de la esclerosis múltiple o las náuseas y vómitos en el postratamiento del cáncer.
No obstante, de acuerdo con el especialista, la propuesta de ley no cubre dos temas importantes. Por un lado, no ahonda en la investigación clínica de algunos productos derivados de la marihuana, sobre los que aún no es claro el efecto paliativo que tiene en ciertas enfermedades, como por ejemplo las convulsiones refractarias. Y por otro lado, tampoco analiza la extracción a nivel local, que es un tema que se evaluará en el tiempo y que podría ser una alternativa para obtener medicamentos más baratos.
La propuesta para regular el uso medicinal de la marihuana también tiene detractores. El constitucionalista Aníbal Quiroga opina: “Yo creo que está profundamente equivocada porque los especialistas dicen que no está comprobado ningún uso medicinal de la marihuana; y que los usos medicinales que podría tener están cubiertos con otros medicamentos”.
Autocultivo
Ricardo Soberón, ex jefe de DEVIDA, cree que el autocultivo con fines medicinales debe ser regulado fijando límites claros. “Más que la importación, la solución más directa es permitir formas de autocultivo y procesamiento por parte de organizaciones debidamente monitoreadas por el Ministerio de Agricultura y Digemid”, sostiene.
Para Zavaletta, en cambio, el autocultivo con fines medicinales puede ser riesgoso. “La mayor parte de las plantas de marihuana contiene el componente tetrahidrocannabinol alto, que es adictivo. Si se plantea el autocultivo, debe tener la calidad, regulación y supervisión correspondiente para que sean administrados extractos purificados”, explica.
Sabía que…
- En Uruguay, donde ya es legal el consumo y la comercialización, la marihuana se venderá a US$1.30/g. Se podrá comprar hasta 10 g por semana. La venta irá acompañada de una campaña estatal en contra de la adicción a las drogas.
- En Argentina es conocido el caso de una niña con síndrome de West (un tipo de epilepsia) que, gracias al consumo de aceite de cannabis, redujo el número de convulsiones que le generaba la enfermedad de 700 a 20 por día.
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