Primero fue cerrada la avenida 9 de Octubre, en San Juan de Lurigancho; luego la Costa Verde y la carretera Panamericana Norte. Ahora le tocó el turno a un tramo de la Av. César Vallejo (debajo de la Vía de Evitamiento), que une el cono este con el centro de la ciudad.
Se trata de la restricción vehicular de cuatro importantes arterias que, si bien es cierto están distantes una de otra, no hace más que generar más desesperación entre las personas que se ven obligadas a pasar por ellas.
Por ejemplo, ayer, el cierre de dos carriles de la carretera Panamericana Norte, a la altura de la avenida Los Alisos, tomó por sorpresa a los transeúntes, que no sabían dónde tomar los buses para ir a sus trabajos o centros de estudios.
Un gran contingente policial logró dar fluidez a la circulación de vehículos. Sin embargo, no pudo evitar que, por momentos, se formaran enormes filas de autos, camiones, buses y combis.
En tanto, la habilitación de las bajadas Escardó y Universitaria ha aligerado en algo la carga vehicular en la playa. No obstante, en la bajada de Marbella se genera un cuello de botella debido a los conductores que quieren acceder a la Av. Del Ejército, lugar en el que también se ha incrementado el tráfico.
Costa Verde. Ayer se generó gran caos en la bajada Marbella. (César Takeuchi)
LO MISMO DE SIEMPRE
Al respecto, Luis Quispe Candia, de la ONG Luz Ámbar, expresó que es típico que muchas gestiones edilicias ejecuten este tipo de trabajos meses antes de que culminen sus mandatos para proyectar la imagen de que realizan obras o por un desconocimiento de la gestión pública. “Fue igual en la época de Luis Castañeda”, manifestó.
Indicó que, al inicio, los nuevos alcaldes no conocen nada de gestión pública o se dan cuenta de que tienen que replantear sus proyectos. Eso hace que la aprobación de los mismos llegue recién a los dos años y que a partir del cuarto comiencen a ejecutarse.
Acotó que otro aspecto importante es la falta de coordinación con las empresas a cargo de los trabajos.
Sobre este mismo tema, Alfonso Flórez, de la Fundación Transitemos, refirió que el tráfico “es el precio que tenemos que pagar por el progreso” y destacó que los trabajos se realizan en zonas distantes de la capital.
Sin embargo, sugirió que, para evitar inconvenientes, se establezcan horarios escalonados de ingreso a las instituciones públicas o privadas.
“En realidad, se trata de una propuesta que debería ser permanente para evitar los problemas que se desencadenan en las horas punta”, destacó.
Respecto a las obras que se realizan en cuatro puntos diferentes, la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, respondió ayer que “yo creo que las obras están bien y se están haciendo en su debido tiempo”.
Cabe señalar que las obras en la Costa Verde tomarán aproximadamente 90 días, según dio a conocer Emape. En tanto, los trabajos en la Vía de Evitamiento y en la avenida 9 de Octubre pertenecen a Vía Parque Rímac, y los de la Panamericana Norte, a Vías Nuevas de Lima.
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