César Takeuchi
María Vila Garcés tiene 40 años y jamás imaginó una pesadilla como la que vivió ayer cuando el río Chillón se desbordó. “Mi esposo y yo hemos sido arrastrados por salvar a nuestros 11 hijos”, dice, todavía aterrada. Su casa en Tambo Río, en Comas, está en escombros. ¿Qué pasará ahora?
“No puedo entrar a mi casa porque el lodo llega a un metro de mi puerta. Tenía cuyes, gallinas, pollos, todos han muerto y están sepultados dentro. Hemos salvado a algunas gallinas, pero yo tenía más de 100 animales y casi todos han muerto”, recuerda.
Vila Garcés, sin embargo, se siente orgullosa de haber rescatado a los que más quiere, sus hijos: “Mi esposo y yo hemos sido arrastrados por el río por salvar a mis 11 hijos. Me dolía verlos llorar, sobre todo a mis hijos pequeños de 5 y 7 años. Hemos pasado la noche solo con un toldo que nos han brindado algunos vecinos”.
Desolada, Vila y su familia esperan un nuevo día. Saben que lo peor quizás no ha llegado.
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Giovanna Napa lo perdió todo y pide comida para sus hijos que se están muriendo de hambre https://t.co/CCxzL14khs pic.twitter.com/jN4rP6EAjb
— Diario Perú21 (@peru21noticias) 16 de marzo de 2017
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