La lectura de sentencia en contra de Marco Arenas y Fernanda Lora por el asesinato de la empresaria panedera Maria Rosa Castillo fue suspendido hasta el miércoles 27 de enero. La diligencia, en principio, estaba programada para este martes a las 9:30 am.
El Poder Judicial informó que no había recibido las conclusiones del caso que debían entregar los abogados de la parte civil.
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EL CRIMEN
En noviembre de 2013, María Rosa Castillo (54), una próspera empresaria panadera, apareció calcinada en un descampado de la zona de Manchay, tres días después que sus familiares denunciaron su desaparición.
María Rosa Castillo desapareció el 5 de noviembre de 2013. Toda su familia, incluso su hijo Marco Arenas –que hasta entonces lucía conmovido por la noticia– clamaba a las autoridades que encuentren a su madre lo más pronto posible.
El 7 de noviembre de 2013 apareció el auto de María Rosa Castillo totalmente violentado y un día más tarde por fin aparecería la empresaria pero, para la tristeza de su familia, solo se ubicaron sus restos.
María Rosa Castillo había sido asesinada y no solo eso, fue calcinada aún con señales de vida y abandonada en un descampado en Manchay.
El 10 de noviembre, 5 días después de la desaparición de la empresaria, Marco Arenas, su hijo de 22 años, confesaba haber matado a su madre.
Para colocar elementos aún más escalofriantes a esta historia, el asesino explicó que el crimen fue planeado y ejecutado junto con su joven novia Fernanda Lora Paz.
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“O LA MATAS TÚ O LA MATO YO”
A partir de su confesión, se conoció que Marco Arenas asesinó a su madre mediante golpes y estrangulándola y siguiendo un manual, presuntamente facilitado por su novia. Luego ambos, según afirmó Marco Arenas, llevaron a la víctima en su auto hasta Manchay donde abandonaron sus restos.
La muerte de María Rosa Castillo se trataría de un hecho premeditado ya que, según confirmaron las autoridades, en la escena del crimen –la casa de la víctima– también estuvo Fernanda Lora y, al parecer, dos personas más.
Según las autoridades, el móvil del crimen habría sido el odio que sentía Marco Arenas contra su madre.
Exámenes psicológicos revelaron que Marco Arenas y Fernanda Lora tenían serios problemas psicológicos. Esto también fue confirmado por los videos que Marco enviaba a su novia, en el cual se deja notar una relación enfermiza, casi llevada a la obsesión.
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