El voraz incendio ocurrido este viernes en la zona de Cantagallo, en el distrito del Rímac, dejó más de 2,000 personas afectadas y cerca de 300 viviendas en escombros.
El alcalde de Lima, Luis Castañeda, visitó esta mañana la zona y explicó que los habitantes serán trasladados a un centro de auxilio temporal.
“Vamos a darles desayunos esta mañana. En esta hora ha sido difícil organizar todo. Vamos a instalar 300 camas y vamos a iniciar todo un programa para ayudar a todas estas personas”, explicó Castañeda, quien llegó al lugar después de las 6:00 a.m.
[Incendio destruyó más de 300 viviendas en la comunidad shipiba de Cantagallo]
El burgomaestre capitalino explicó que, momentáneamente, los damnificados serán trasladados a una gran loza deportiva de la urbanización Martinete, en los Barrios Altos.
¿Por qué no fueron reubicados?
La comunidad shipiba —asentada en dicho lugar desde comienzos del año 2000— mantenía un compromiso de reubicación con las autoridades que data del 2013, según recuerda la Defensoría del Pueblo en una cronología publicada en su web.
Debido a la burocracia y disputas políticas, la comunidad continuó asentada en el mismo lugar. Su reubicación, planeada en un conjunto habitacional Shipibo-Konibo en Campoy, estaba a cargo de la Municipalidad de Lima y formaba parte, en principio, del Proyecto Río Verde.
En 2014 (durante la gestión de Susana Villarán) se compró el terreno en Campoy, pero los trabajos de desarrollo urbano nunca se iniciaron.
En 2015, la gestión de Luis Castañeda comunicó que el dinero destinado para el proyecto Río Verde iba a ser utilizado para construir un bypass entre las avenidas 28 de Julio y Arequipa.
Luego de ello, la reubicación continuó en el letargo.
Sobre esta demora, el alcalde Castañeda indicó hoy que el terreno destinado para la comunidad en Campoy “tenía características rusticas, no tenía dotación de agua y desagüe. Se compró aproximadamente en 6 o 7 millones. Se compró por una empresa un año antes de venderlo a la Municipalidad de Lima y (después) se le vendió por 15 o 17 millones de soles”.
“Allí no había ningún proyecto, es mentira, como (cuando) se dijo que aquí había planos arquitectónicos. El terreno no tenía ni siquiera desarrollo urbano o rural. Se vendieron ilusiones”, continuó Luis Castañeda.
“(Los habitantes shipibos) han sido ilusionados y engañados, por lo menos no en mi gestión”, añadió Castañeda, haciendo referencia a la gestión de Susana Villarán (2011-2014).
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