Incendio en Las Malvinas consumió galería... y también esfuerzos, sueños y esperanzas [CRÓNICA]

De aquel bullicio de los vendedores ambulantes, del tráfico, del sonido de los autos, de los pitazos del guarda… No queda nada en la cuadra 4 de la calle Guillermo Dansey tras el incendio de una galería en Las Malvinas. Todo es silencio, dolor, impotencia, y una espera fúnebre.

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Lo único que se distingue en esa calle es la impactante imagen de un edificio en ruinas. Calcinado. Ya no es la zona comercial ferretera de hace días. Ya no es el lugar donde se encontraban las mejores ofertas.

Un intenso olor a quemado apenas deja respirar. El humo negro hace toser, y hasta asfixia. Allí están, resistiendo, quienes lo han perdido todo. Esperan que se apague el fuego. Miran hacia lo alto del edificio. O miran el pavimento mojado.

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Dicen que la realidad supera a la ficción, y no se equivocan. Las llamas no solo consumieron el trabajo, esfuerzo y el emprendimiento de quienes apostaron por un negocio propio. Lo peor es que el fuego calcinó vidas, sueños y esperanzas de dos jóvenes, víctimas de una práctica laboral inhumana… Las madres de estos chicos no tienen consuelo. Están allí, la esperanza ya se les fue.

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Uniformados de rojo, los bomberos persisten en su intento de apagar el fuego, que revive y se apaga, revive y se apaga. Nadie sabe cuándo terminará esto. Agotados pero optimistas. Esa es la actitud tras cada emergencia. Ellos solo esperan que se comprenda su mensaje: prevenir antes que lamentar y apoyo para su labor.

¿Cuál será el destino final de la galería Nicolini? ¿Será declarada inhabitable y luego demolida?. Al parecer, así será. Pero algunos comerciantes, que no son pocos, piensan que podrían regresar a trabajar, a levantarse de los escombros y cenizas. Algún día.

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