El Gobierno les dio ayer un ultimátum a los mineros informales de Puno para que retiren las grandes máquinas que han invadido las cuencas de los ríos Ramis y Suches, en la parte alta de la región.
Daniel Urresti, alto comisionado de Asuntos de Formalización de la Minería e Interdicción, advirtió que “las máquinas gigantes que sigan depredando y contaminando el medio ambiente serán dinamitadas, tal como lo autoriza una disposición legal”.
Tras recordar que en la zona hay entre 800 y 1,000 máquinas ilegales, el funcionario manifestó que las labores de interdicción en el lugar se llevarán a cabo, de todas maneras, en diciembre próximo.
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