Mariella Sausa (msausa@peru21.com)
“Lo que a mí me faltaba era comunicación con mis padres. Me hablaron una vez de cómo cuidarme, pero nunca supe dónde comprar un método anticonceptivo. Cuando se enteraron de que estaba embarazada, me botaron de la casa. Tengo 16 años y no tuve otra alternativa que irme a vivir a la casa de mi enamorado”.
Esta es la historia de Cinthia, una joven limeña que salió embarazada el año pasado, al terminar el quinto de secundaria, y ahora forma parte de la fría estadística del INEI que revela que 14 de cada 100 adolescentes del país, entre 14 y 19 años, están embarazadas o ya son madres, pese a que el 59% de ellas no lo tenía en sus planes.
La Encuesta de Demografía y Salud del INEI (Endes 2013), publicada en 2014, muestra que los embarazos en adolescentes aumentaron de 13.2%, en 2012, a 13.9% en 2013. Lo que más llama la atención es la creciente prevalencia de embarazo en la costa norte y particularmente en Lima, que en conjunto congregan a más de la mitad de la población de mujeres jóvenes embarazadas.
Según la estadística, el embarazo adolescente en la capital pasó de 4.4% en 1991/92 a 10.6% en 2013, mientras que en el resto de la costa creció de 10.8% a 15.4% en el mismo periodo. Sin embargo, en porcentajes, las regiones de selva (Loreto, Madre de Dios) y las rurales (Ayacucho) siguen concentrando mayor prevalencia de embarazos adolescentes.
Otro aspecto resaltante es que el embarazo entre universitarias en las últimas dos décadas aumentó de forma significativa, pues pasó de 2.7% en 1991/92 a 8.5% en el 2013.
NUEVA CONDUCTA SEXUAL
Gracia Subiria Franco, especialista de Salud Sexual y Reproductiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) señaló a Perú21 que entre los factores que estarían influyendo en el avance de este fenómeno estarían la migración, la baja calidad de la educación –que antes era considerada un factor protector para las jóvenes– y las nuevas conductas sexuales de los adolescentes.
“La edad de inicio de la relación sexual de forma precoz (entre los 14 y 17 años) es un factor influyente, pues la mayoría de menores de edad lo hace desinformada sobre los métodos anticonceptivos que existen”, manifestó.
Al respecto, el psicólogo Roberto Lerner consideró que el aumento de la actividad sexual respondería a un factor social. “Mi intuición es que sí, la actividad sexual se inicia ahora más temprano. ¿Las razones? Así como (los adolescentes) están empoderados para ser consumidores, empresarios, pues el empoderamiento vale para otras conductas, también de riesgo. Por otro lado, la sociedad y los medios de comunicación están sumamente sexualizados y el acceso a sustancias que alteran la mente no va en el sentido de decisiones frías”, dijo.
Subiria consideró que para hacer frente a esta problemática el Estado debe entender la importancia de algunas políticas, como el acceso de los jóvenes a la educación sexual.
“El Ministerio de Salud está en un buen camino. Sin embargo, hay algunas barreras desde el punto de vista legal. Por ejemplo, la Ley General de Salud no permite que los adolescentes puedan acceder a métodos anticonceptivos sin la presencia de los padres o el tutor, e incluso se restringe la información que se le pueda dar a un menor en los establecimientos de salud”, comentó.
Asimismo, agregó que, en las escuelas, la educación sexual es muy irregular. “A veces solo se incluye una charla sobre sexualidad humana por un profesor que no está bien capacitado y con eso se piensa que ya se cumplió. Eso solo confunde a los menores, que deberían tener una educación integral para poder acceder a métodos anticonceptivos si así lo desean”, aseveró.
TRABAJO A PASO LENTO
Al respecto, voceros del Ministerio de Educación explicaron que, en todos los colegios públicos y privados del país, se desarrolla un programa intensivo de educación sexual integral desde el 2008, que no solo incluye el aspecto biológico y reproductivo, sino también el aspecto psicológico y emocional. Sin embargo, reconocieron que el programa es de largo plazo y no tiene resultados inmediatos.
María del Carmen Calle, coordinadora de la Etapa Vida Adolescente del Ministerio de Salud, explicó a este diario que, desde el año pasado, se ha puesto en marcha un plan interinstitucional para prevenir el embarazo adolescente, el cual tiene como meta disminuir en 20% el porcentaje de jóvenes embarazadas para el 2021.
“A través de este plan se atiende cada vez a más adolescentes y todos reciben atención integral, en salud física y nutrición, salud sexual y reproductiva y salud mental”, anotó.
Calle resaltó que, como parte del plan, se trabaja en cinco objetivos: postergar el inicio de las relaciones sexuales, lograr que los adolescentes terminen la secundaria, incorporar la educación sexual integral en los colegios, aumentar el uso de métodos anticonceptivos modernos entre los jóvenes y disminuir la violencia.
“Sobre todo, son importantes las oportunidades para que los jóvenes tengan un proyecto de vida”, concluyó.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.