Buses malogrados, largas filas de pasajeros en los paraderos y colas de buses en la avenida Amancaes, en el Rímac. Estos son algunos de los problemas frecuentes del Corredor Azul y que Protransporte no ha podido solucionar pese a que en dos días comenzará a cobrarse pasaje en dicho eje vial.
Así lo comprobó Perú21 durante un recorrido por la zona. A las 11:00 a.m. de ayer fuimos testigos de la avería que sufrió la unidad de placa B6L-720 en el paradero Quilca. La hora que permaneció parada la unidad sirvió para que el chofer durmiera en la cabina.
Del mismo modo, verificamos que las largas filas de pasajeros en los terminales Emancipación y Moquegua persisten, incluso los domingos. Según comentaron los pasajeros, hay momentos en que los buses tardan más de diez minutos en llegar.
En cuanto a los buses, estos ya han establecido su paradero final en la primera y segunda cuadra de la avenida Amancaes. Ante la molestia e impotencia de los vecinos, estas sirven como zona de descanso para los conductores y se ocupa la vía pública.
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