Alvaro Treneman
La carrera de Gastronomía en nuestro país es una de las más populares entre los jóvenes, quizá por el excelente nivel de reconocimiento que nuestra comida se ha ganado hasta el momento.
Los que disfrutamos de un ceviche, un ají de gallina o un lomo saltado, mientras vemos por televisión a reconocidos chefs peruanos deleitar paladares extranjeros, tal vez ignoramos por completo que detrás de ese éxito hay todo un mundo de esfuerzo y sacrificio que miles de jóvenes peruanos están dispuestos a pagar por hacerse un nombre.
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Uno de ellos es Zorim Wong, el Sub Chef Ejecutivo del Swissôtel Lima, quién en este punto de su vida y su carrera da una mirada al pasado y nos cuenta con gusto y orgullo el proceso de aprendizaje que lo llevó al puesto y excelente nivel en el que se encuentra.
“Yo quería ser piloto y DJ… Estudié la carrera de Hotelería pero no me gustó, no me acostumbré. Tenía una tía que me metió a unos cursos libres de Gastronomía, entonces empecé a ver y me gustó… Al comienzo se me quemó el arroz, pero eso es lo que me ha hecho aprender bastante”, comenta Zorim recordando los momentos en los que vivía solo y tenía que cocinar para él.
Zorim proviene de una familia ligada a la cocina. Cree que “estaba de chiquito designado a esto”. Su madre es una reconocida repostera en su natal Tarapoto, sus tíos tenían chifas y cafeterías, lugares que le servían para seguir aprendiendo, incluso en sus vacaciones.
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“Empecé trabajando en un supermercado y no me querían hacer cocinar, me mandaban a lavar las ollas, empezar como cocinero es bastante duro aquí en el país, y las largas horas de trabajo son las que te hacen, sacrificas tu tiempo, tu espacio, tu pareja y tu familia”.
Zorim nos comenta que ganó mucha experiencia en hoteles pequeños, en donde prácticamente hacía todas las funciones de un ‘Room Service’. Luego de ser llamado por el Swissôtel Lima y creyéndose experto, conoció una realidad completamente distinta: “Al segundo mes quería renunciar porque el trabajo era duro, una carta de 60 platos, éramos pocos…Yo pensé que sabía, pero me revolcaron”. Recuerda que el nivel era alto, pero gracias a los consejos de un amigo, decidió quedarse.
El esfuerzo resultó. Zorim Wong fue ganando confianza y experiencia, ascendió y le ofrecieron la posibilidad de encargarse de la cocina del Swissôtel Quito, en Ecuador. Oportunidad que aceptó inmediatamente. Allá, nuestro compatriota sorprendió a los ecuatorianos, al enseñarles a usar sus propios productos dentro de su cocina, algo que no era tan común.
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Ya de regreso en nuestro país, y a cargo del restaurante ‘La Locanda’ que pertenece al hotel, atiende a mucha gente casi a diario. Nos cuenta orgulloso los comentarios de diversas personalidades que lo igualan al nivel de restaurantes de élite, lo que para él significa una gran satisfacción.
Ya lo sabes, si estás saboreando un plato mientras lees está nota, o si piensas salir a comer está noche, tómate un momento para reflexionar: ese plato no solo es delicioso. Es el resultado del esfuerzo de jóvenes que decidieron continuar el legado de nuestra comida con esfuerzo y dedicación.
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