Las habilidades “duras” son aquellas vinculadas al conocimiento, a lo mesurable en términos exactos, a destrezas puntuales. Por ejemplo, dominar inglés en un nivel avanzado, programar en Java o saber cómo calcular los impuestos de una empresa: todo ello se puede medir y calificar. Las habilidades blandas, más bien, son aquellas que se desarrollan en el ámbito de lo psicológico. Son pericias que complementan y hasta sirven de soporte a las habilidades duras.
INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
En 1983, el psicólogo Howard Gardner planteó la “teoría de las inteligencias múltiples”. Gardner cree que hay inteligencia lingüística, lógico y matemática, musical, visual, corporal, entre otras. Según este modelo, un bailarín de danza moderna es inteligente, así como lo es un artista plástico o un físico nuclear.
Las habilidades blandas se enmarcarían dentro de la inteligencia social y de la intrapersonal. Es por ello que resulta fundamental desarrollar, desde las aulas, habilidades como responsabilidad, puntualidad, trabajo en equipo, liderazgo, pensamiento crítico, disciplina, empatía, entre otras. El alumno debe ser consciente de que cultivar y fortalecer estas destrezas lo hará un mejor profesional. La sabiduría no solo está en los libros.
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