Un equipo de científicos chinos ha descubierto el fósil del primate más antiguo conocido, cuyo hallazgo ayudará a reconstruir las primeras etapas de la evolución de estos mamíferos, informa hoy Nature.
Los restos pertenecen al periodo más temprano del Eoceno de China, hace 55 millones de años, y actualmente es el esqueleto con más años de antigüedad recuperado del suborden de los haplorrinos, el amplio orden de primates en el que se incluyen los humanos, los simios y los monos.
Esta investigación ha estado a cargo del científico Xijun Ni, de la Academia China de Ciencias, que tras 10 años de estudios aporta importantes avances para la paleobiología (disciplina que estudia los organismos del pasado) y la evolución del ser humano.
El primate ha sido descubierto en el lecho de un antiguo lago de la provincia china de Hubei, y ha recibido el nombre de “Archicebus achilles”, cuya traducción aproximada sería la de “antiguo mono” y haría también una referencia a su característico hueso del talón.
Según los investigadores, la criatura podría ser el pariente más primitivo conocido de los tarsius, el único género sin extinguir de los primates tarsiformes, del suborden de los haplorrinos.
“Nuestro descubrimiento ofrece la imagen más completa de los primeros primates. En el estudio de la evolución, supone un punto de inflexión muy importante dentro de la rama que conduce a los seres humanos actuales”, explicó a EFE Xijun.
El cuerpo de la criatura no excede los 7,1 centímetros de largo ni los 30 gramos de peso, y sería un mamífero tan pequeño como el actual lemur ratón pigmeo.
Así habría sido el “Archicebus achilles” (Foto:AP)Algunos de estos rasgos de su fisiología sugieren ciertos patrones de su comportamiento como una dieta principalmente insectívora por sus afilados premolares, así como su asociación a un “saltador frecuente” gracias a sus largas extremidades inferiores.
Por la enorme cavidad ósea de sus ojos los expertos también han deducido que el “Archicebus achilles” tenía una buena visión para la caza, y que su actividad respondía más a un patrón diurno que nocturno, según la investigación.
Por todo ello, la existencia de este primate potencia también la hipótesis de que los primeros primates eran probablemente diurnos, arbóreos y principalmente insectívoros.
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