De acuerdo con un estudio publicado en la revista _Science, el fuerte amor que una persona puede sentir hacia su perro es producida por el aumento de la segregación de la hormona “del amor”: la oxitocina.
La oxitocina es una hormona relacionada con patrones sexuales, conducta parental e incluso fomenta la relación con otras personas. En este caso, la interacción con un perro haría que una persona segregue mayores cantidades de este componente químico, lo que genera una sensación de bienestar general.
[La Victoria: Rescataron a perros que fueron abandonados en un departamento]
Fue en el año 2009 en la universidad de Azabu (Japón), que Miho Nagasawa y sus colegas descubrieron que las personas que compartían una larga mirada con sus perros, a diferencia de quienes solo se observaban brevemente, experimentaban un incremento en la segregación de esta hormona.
Con esa base, Nagasawa ha ampliado el estudio y ha descubierto que la oxitocina no solo incrementa en las personas, sino también en los perros, lo que significa un gran avance en el entendimiento de las relaciones interespecie.
“Las formas humanas de comunicación, como la mirada mutua, pueden haber sido adquiridos por los perros durante la domesticación con humanos”, explica el nuevo estudio de Nagasawa.
[Perro rescatado en La Victoria fue sometido exitosamente a cura de sueño]
De acuerdo con la publicación, este descubrimiento no solo es una prueba de la existencia de un vínculo positivo entre especies mediado por la oxitocina, sino que también es un paso más en la comprensión de la evolución del vínculo entre perros y hombres.
DATOS
De acuerdo con _Live Science, para las mujeres la oxitocina es una hormona crucial para dar a luz y empezar la lactancia, además de jugar un rol importante en el vínculo con el recién nacido.
- A los hombres les facilita la creación de vínculos: están más dispuestos a jugar con sus hijos recién nacidos y, si están en una relación, sienten un alza en su “fidelidad”.
- Sin embargo, Paul Zak, profesor de neurología en la Universidad Loma Linda (California) advierte que la oxitocina es solo una de las muchas señales en el cerebro que motivan los comportamientos sociales y que este es mucho más complejo que un solo químico.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.