De acuerdo con el Diario Británico de Psiquiatría, criptomnesia es la existencia de recuerdos ocultos de la conciencia. En otras palabras, la persona no sabe que los tiene y no recuerda de dónde le quedaron grabados en su cabeza, consigna el portal de noticias de la BBC.
Por esta razón, la criptomnesia es causal de casos de plagio, “especialmente cuando recuerdos lógicos ya no son reconocidos como tales, sino como experiencias que han sido creadas al momento”, sostiene el medio especializado.
El psiquiatra Carl Gustav Jung sostuvo que, especialmente en el plano de la literatura, este tipo de plagio se revela en la repetición de tendencia generales de una historia, incluyendo detalles importantes, expresados de manera diferente al texto original, señala el mismo medio citado.
Algunos casos representativos son el de George Harrison, cuando escribió la canción _My Sweet Lord. Según él, nunca pretendió copiar He’s so fine — el éxito de la banda The Chiffons, de 1963 — y dijo que otros artistas fueron su fuente de inspiración cuando compuso el single.
El portal PlagiarismToday.com recuerda que la acusación generó un juicio por violación de propiedad intelectual: Harrison fue obligado a pagar más de US$1,5 millones a BrightTunes, dueño de la canción original, según constata la BBC.
Otro ejemplo ampliamente conocido es el del ex presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan. La BBC sostiene que Reagan contó una historia sobre una piloto de la Segunda Guerra Mundial, que ordenó a su tripulación saltar en paracaídas porque el bombardero estaba dañado.
Pero un artillero fue herido y no podía saltar. Entonces Reagan recordó, conteniendo las lágrimas, que le dijo al piloto: “No importa. Iremos hacia abajo juntos”. Dicho recuerdo, consigna el portal, nunca sucedió en la vida real, sino en el final de la película Wing and a Prayer, de Henry Hasthaway, de 1944.
Con cada vez más frecuencia este tipo de hechos se repite en la actualidad, sobre todo en el mundo académico, dado el impacto que puede tener en el mundo intelectual. Sin embargo, cabe destacar que los estudios advierten que en algún momento de la vida todos sufrimos de criptomnesia parcial.
Un ejemplo: cuando le contamos a alguien un chiste que esa persona nos había contado con anterioridad. Aunque sabes que no eres el autor original del chiste, olvidaste de donde vino y quien te lo contó.
Además, otro problema para el estudio de esta enfermedad y su tratamiento es que es muy sencilla de fingir, por lo que es difícil comprobar que un caso de plagio no provenga de criptomnesia, sostiene el mismo medio.
“La criptomnesia probablemente juegue un rol muy pequeño en los casos de plagio. Sin embargo, investigaciones demuestran que el número puede ser más alto de lo que previamente se había pensado, sobre todo cuando se producen en situaciones donde el individuo no tiene contexto de la información original”, concluyen los estudios.
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