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La costumbre es más fuerte que el amor

Los años compartidos y emociones vividas pueden muchas veces confundir a las parejas. Es necesaria la sinceridad para diferenciar los sentimientos.

Ana está casada con Israel desde hace siete años. Se conocieron cuando ambos tenían 24 y fueron enamorados durante 10 meses. Los primeros cinco años de matrimonio fueron intensos pero, a medida que pasaba el tiempo, Israel sentía que la rutina estaba acabando con su relación, así que intentó de todo para retomar la ilusión de los primeros años.

Se fueron de viaje para experimentar nuevas emociones. Redecoraron su casa, salían a pasear cada fin de semana y hasta se compraron una mascota. Sin embargo, todo eso solo duró pocos meses porque los dos descubrieron que tenían intereses muy distintos, y lo que a Ana le parecía fascinante, a Israel le parecía muy tonto y ridículo.

Israel se moría por irse los fines de semana con sus amigos solteros en busca de chicas, pero no lo hacía por temor a arruinar su matrimonio. A pesar de sentirse infeliz y atado a una relación que él sabía que no tenía futuro, se moría de miedo de dejar a Ana. Pensaba que no soportaría estar lejos de ella.

“Ella es mi refugio, mi lugar seguro. Pese a que ya no exista pasión y ahora la quiera como a una hermana, es mi compañera. No la puedo dejar porque sería injusto con ella”, les dice Israel a sus amigos.

Al otro lado está Ana, quien se siente atraída por un compañero de trabajo, pero también teme engañar a su esposo y destruir lo logrado.

Ella cree que se trata solo de una etapa, que el distanciamiento se debe a que su “loquito”, como le llama de cariño, trabaja mucho.

“Es una crisis normal y pasajera que les da a todas las parejas. Estoy segura de que todo irá mejor”, le comenta a su mejor amiga, aunque en el fondo está aterrada porque sabe que nada cambiará y no quiere compartir su vida con alguien a quien solo estima.

CONSEJO
La psicóloga Rosa Mena indica que si se está atravesando un problema de esta naturaleza, lo más recomendable es tener comunicación con su pareja, hablar las cosas directamente y explicar qué es lo que uno siente y cuáles son sus temores.

“Puede que solo sea una crisis pasajera. Pero, si no se conversa, la situación podría agravarse”, afirma. Recomienda tener calma, paciencia y buscar ayuda profesional. Si es necesario, se debe acudir a una terapia de pareja.

DATOS

- Algunas parejas jóvenes mantienen una relación estable durante años solo por costumbre debido a la inseguridad y a la dependencia económica.

- Cuando el amor deja de ser dinámico, comienza a pagar el precio de la rutina. Casi siempre se sustenta en la baja autoestima de uno de los integrantes de la pareja.


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