Terminar una relación amorosa es, para muchos, un apocalipsis emocional, un fin del mundo privado que afecta profundamente la psiquis. Se suele creer que no hay amor a la vista, que nunca se amará a alguien con la misma intensidad, que nunca se volverá a amar. Es una sensación oscura que llena de inseguridad y temor.
“Claro, ¿a quién no le ha pasado”, afirma Leonor (27). “Dicen que duele más cuando eres más chica, pero no estoy de acuerdo. La experiencia enseña, cómo no, pero hay amores que te dejan devastada, a tal punto de no querer enamorarte nunca más, no importa la edad que tengas”, agrega.
“Es como cuando sales a una fiesta, bebes alcohol hasta morir y, en el dolor de la resaca, te prometes que nunca más volverás a probar una gota de alcohol en tu vida”, bromea Jenny (32). “Lo mismo pasa cuando terminas con una persona, bueno, no cualquier persona. Hay relaciones en las que, más bien, terminar te quita un gran peso de encima”.
“Depende de las condiciones, o sea, cómo terminas. No es lo mismo terminar con alguien porque te sacaron la vuelta, ojo, que por mutuo acuerdo. Uno procesa el duelo en función a esos detalles”, cuenta Gonzalo (26).
NUEVO CICLO
La reciente derrota de la selección española de fútbol deja un mensaje aplicable a cualquier ámbito de la vida: toda época dorada tiene su final. Suena a tautología de comentarista deportivo –¿han visto, en Facebook, la amena página “Fleischmaneadas”?–, pero no hay nada más cierto, sobre todo en el terreno amoroso.
“La autoestima recibe un golpe duro, tu motivación disminuye. Sientes que has fracasado, te sientes fea e incapaz de ser amada. Pero, ¿saben qué? Es solo una etapa horrible que, con paciencia, se supera. Olvidar la decepción toma tiempo”, dice Romina (30).
La idea es renovarse. Guardar los recuerdos bonitos en una vitrina de la memoria y buscar nuevos retos, no sin antes tomarse un tiempo para asimilar la derrota. “La pregunta es ¿cómo salir adelante? Nada, simplemente hay que botar todo y ser consciente de que uno necesita vivir ese duelo. También hay que ponerse plazos, obvio, porque no podemos pasarnos deprimidos todo el tiempo. Volver a confiar cuesta, pero hay que volver a invertir en nosotros mismos y apostar por los demás”, dice Tania (29).
“En el amor, hay que tener la actitud de Luis Suárez, de Uruguay: después de estar lesionado, volvió a las canchas y metió dos goles contra Inglaterra. Eso es garra. Mi consejo es que, después de una ruptura, debemos tener ese mismo optimismo. Así como dicen que hay más peces en el mar, yo diría que hay más goles que anotar”, dice Renato (31). Para tomar nota.
SABÍAS QUE
- Una película que muestra que hay vida después de una relación: “500 días con ella” (2009). Un buen contraejemplo para aquellos que no creen posible volver a amar.
- Según el mito griego, Orfeo viajó al inframundo para recuperar a Eurídice, su amada fallecida. El final es cruel, pero deja una lección: Orfeo debió olvidar a Eurídice, rehacer su vida y volver a las canchas.
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