El calor que se registra en verano representa un riesgo para la salud humana. No solo porque puede causar deshidratación o alguna complicación dermatológica, sino también por lo siguiente: las altas temperaturas crean condiciones para la multiplicación de bacterias peligrosas.
ALIMENTOS BAJO LA LUPA
Es por ello que es fundamental adoptar costumbres que reduzcan al máximo la posibilidad de contraer una infección. Según Karla Gutiérrez, nutricionista de la clínica Javier Prado, el primer paso consiste en lavarse bien las manos antes y después de comer.
En cuanto a las carnes, la especialista recomienda congelarlas a una temperatura no mayor de 18 grados.
Lo ideal es usar bolsas de plástico o recipientes. Esto evitará la proliferación de microorganismos y la conservación de sus nutrientes durante un buen periodo de tiempo.
El otro paso clave: la descongelación apropiada. De acuerdo con Gutiérrez, las carnes requieren descongelarse a una temperatura que oscile entre los 0 y 6 grados. Este proceso no debería durar más de ocho horas. Para tomar en cuenta.
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