“El accesorio invisible para cualquier prenda es un perfume”, ha dicho Carolina Herrera. Es por ello que llegar al perfume favorito resulta toda una experiencia. Resulta bueno saber, para empezar, que los perfumes están compuestos por elementos que aportan un olor o nota particular.
Éstos, a su vez, se agrupan en tres niveles: notas bajas (base), notas medias (corazón) y notas altas (salida). Las notas bajas suelen durar más tiempo sobre el cuerpo (brinda consistencia al aroma), mientras que las altas son las más llamativas pero apenas duran unos minutos (es lo primero que se huele tras aplicado el producto).
Las notas medias, por su parte, son las más importantes, ya que representan el espíritu del perfume. Es por ello que, en vez de dejarse llevar por la impresión de las notas altas, se debe esperar unos minutos para sentir las notas medias.
BUENA ELECCIÓN
Las principales notas son: cítricas (naranja, limón), herbales (hierba buena, eucalipto), frutales (melón, fresa), florales (rosa, jazmín), amaderadas (sándalo, cedro), especiados (canela, pimienta) y orientales (vainilla, almizcle).
Ahora bien, la teoría es útil, pero elegir el producto adecuado es un acto sensorial, presencial y, sobre todo, individual. Pueden recomendarte un perfume “buenazo”, pero no significa que te guste o que huela bien en ti. Nada mejor que ir a la tienda para oler y elegir.
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