En Buenos Aires, La Cabrera es el espacio al que todo amante de las carnes argentinas quiere ir. Se ha convertido en un ícono de la gastronomía gaucha… y todo gracias a que supo ponerle ‘mantel largo’ a una de las grandes creaciones argentinas —obvio, después de Borges, Cerati y Messi—, la tradicional parrilla.
El creador —y fundador y renovador— de este concepto fue Gastón Riveira, un cocinero que supo estar atento a lo que en casa se preparaba y, sobre esa base, instaurar una cocina sabrosa, que ya está en varios países y que acaba de llegar —convertida en franquicia— al Perú.
Con respecto a la ‘experiencia peruana’ del lugar, hay quienes le han encontrado más debilidades que méritos: carnes mal cocidas, vinos fuera de temperatura, servicio lento. Pero nosotros hemos de decir, quizás porque nuestro guía fue el propio Riveira, que la pasamos muy bien, que los cortes angus —como la entraña y el bife de chorizo— estuvieron en su punto (crujientes en la superficie, suaves, jugosos), que el chorizo hecho en casa es un manjar y que, si bien la abundancia de guarniciones y salsas puede confundir —incluso el concepto del restaurante— y atosigar, algunas de ellas resultaron bastante logradas.
La selección de vinos aún parece pequeña y ojalá, como parecía, no esté ‘amarrada’ con un solo importador. ¿Precios? Un poco más arriba del promedio local.
Datos
La Cabrera está en Av. Grau 1502, Barranco. Abre de lunes a sábado de 12 a 12, domingos de 12 a 8 p.m. Reservas: 252-8125.
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